Claudia Sheinbaum nombró a seis integrantes que conformarán su gabinete. Todos tienen perfiles destacados. Y todos tendrán que enfrentar importantísimos retos y desafíos. No se trata de pagar ninguna cuota, como han acusado algunos distraídos, sino de movimientos ajedrecísticos.
Marcelo Ebrard, en la Secretaría de Economía, será el encargado de la renovación del T-MEC, en 2026, y aprovechar la oportunidad global del nearshoring. Su nombramiento, puede gustar o no. Pero lo que no se puede escatimar es que Marcelo, sin duda, es un político experimentado y sumamente avispado.
Dentro del primer anuncio, la próxima presidenta resaltó la creación de un nuevo organismo: la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, que sustituirá al Conahcyt. La nueva secretaría estará bajo el liderazgo de Rosaura Ruiz. La exaspirante a la rectoría de la UNAM tendrá que encarar, entre otros desafíos, que haya más talento especializado en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, así como un impulso a la digitalización de los sistemas de gobierno.
Rosaura también deberá ayudar a la creación de un sistema unificado de universidades e institutos con el fin de que el talento mexicano se pueda colocar más fácilmente en el mercado laboral.
Juan Ramón de la Fuente, en la Secretaría de Relaciones Exteriores, tendrá que fortalecer los lazos con el exterior y ayudar a la consolidación de una política exterior que opere con visión estratégica.
Eso significa que tendrá que trabajar concienzudamente en el andamiaje y las capacidades institucionales y presupuestales para prever y responder en congruencia a los retos globales. El buen funcionamiento de los consulados, que no han funcionado óptimamente, tendrá que vigilarse de cerca.
Los retos que tendrán en sus manos Alicia Bárcena, en la Semarnat, Julio Antonio Berdegué Sacristán, en la Sagarpa y Ernestina Godoy, en la Consejería Jurídica de la Presidencia, no son menores.
La Sagarpa tendrá que continuar favoreciendo al medio rural y proteger los recursos naturales, además de impulsar el desarrollo económico del sector.
El principal reto de Bárcena será la gestión integral del agua y el tema de la restauración ecológica para combatir la destrucción del medio ambiente en México.