El triunfo de Gustavo Petro en Colombia es, sin lugar a dudas, un parteaguas en la historia electoral colombiana. Después haber sido un país gobernado por el uribismo paramilitar, se encuentra en estos momentos en una situación crucial de ser posible los cambios que se proponen.
La historia contemporánea de Colombia ha sido muy turbulenta y de tinte color rojo sangre, sobre todo para la oposición al régimen “neoliberal” y oligárquico que ha gobernado ese país por décadas. Han sido 6 candidatos presidenciales de la oposición colombiana asesinados, no fue poca cosa.
El hecho de que un candidato ex militante de la guerrilla M-19, Petro, llegue al poder después de 3 intentos es digno de reconocerse, mas aún, si este depuso las armas en su momento para luchar por la vía pacífica.
¿Puede haber un cambio importante para Colombia, sobre todo con un candidato con tanta trayectoria como Petro? Sí, pero el camino es pedregoso y hay una resistencia fuerte de la oligarquía que no ve con buenos ojos su mandato.
Según Eloise Barry de Time Magazine, para que “Petro pueda cumplir con su agenda en el Congreso altamente polarizado tendrá que generar consenso en todo el espectro político” y que “ha mostrado “señales positivas de moderación, diálogo y pragmatismo” al incorporar a su coalición a partidos más tradicionales”.
Lo realmente sustancial de la presidencia de Gustavo Petro, será que posición tomará con respecto al Imperialismo estadounidense y sus bases militares instaladas en suelo colombiano, así como del Plan Colombia iniciado por Uribe.
Además, ¿Cuál será la postura de Petro con respecto a la CELAC? ¿Acelera su integración Latinoamérica de acuerdo con el sueño de Bolívar? ¿O dejará pasar la oportunidad y será su presidencia en vano?
La Integración Latinoamericana es un proyecto que viene desde la Independencia de los países Latinoamericanos, aunque en un primer momento, Simón Bolívar lo pensó solo como la Gran Colombia en donde incluía Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá también pensó en añadir a otras naciones independizadas por “El Libertador” como lo son Perú y Bolivia.
La llamada “Marea Rosa” fue un periodo histórico en el cual llegaron al poder líderes latinoamericanos como Hugo Chávez, Rafael Correa, Néstor Kirchner, Lula Da Silva y Evo Morales de corte “izquierdista” o “progresista”. Todo ellos confluían en crear una Unión de países Latinoamericanos. No obstante, en su momento no pudo concretarse por diversos motivos, entre ellos la pérdida de soberanía o el hecho de que sus gobiernos saldrían del poder debido a que en una democracia un gobierno “neoliberal” entraba en su lugar.
Del lado de los gobiernos más alineados a Washington como México, Colombia, Perú y Chile crearon la alianza del Pacifico, pero lejos de ser una unión integradora, fue solo un acuerdo comercial de corte mercantilista.
En el 2010, en Playa del Carmen, México, se gestó la primer Cumbre de la unidad de América Latina y el Caribe, creada precisamente para generar la unicidad de las naciones Latinoamericanas incluyendo las caribeñas, dando esto como prioridad más allá de los sistemas políticos internos de cada país. Pero lejos de ser una Cumbre donde se den pasos agigantados para procrear una Unión de toda la región, solo se quedó en unas charlas de café de los jefes de Estado.
Los pocos lideres que se han interesado en crear esta unidad son los “progresistas”, de hecho, la CELAC fue propuesta por Hugo Chávez, un expresidente con muy mala publicidad entre la oligarquía de nuestros países. De parte de los gobiernos “neoliberales” ha habido poco o nulo interés para crear algo similar, estos han seguido en su mayoría las ordenes de Washington y de la OEA, desde aquel minúsculo golpista Grupo de Lima hasta los que apoyaron el golpe de Estado en Bolivia. Para ellos no existe la integración en su mente, solo la vertical política de sumisión y de entrega de su soberanía ante el imperialismo estadounidense.
Por lo que la llegada de los más recientes presidentes “progresistas” o “soberanistas” como López Obrador, Gabriel Boric o Pedro Castillo pueden ser la posibilidad de añadir a sus países a estos intentos de unidad. ¿Se cayó la Alianza del Pacífico con estos jefes de Estado? No lo sabemos, todo dependerá en qué términos acuerdan con Petro estos 3 países.
Pero lo que queda en duda es, que si ahora gran parte de los países Latinoamericanos son gobernados por lideres progresistas, ¿Qué harán con la CELAC?, ¿Seguirán estos esfuerzos?, ¿Qué viene después, Latinoamérica se rebela contra Washington?
Según la teoría de la Integración Económica, el primer paso sería un Acuerdo Comercial de todos los países Latinoamericanos, después una Unión Aduanera, posteriormente la Unión Monetaria, y finalmente la Unión Política plena y libre paso de personas.
Estarán dispuestos nuestros gobernantes en lograr esto para fortalecer la región como lo están haciendo en Asia con la ASEAN o con el RCEP o solo permanecerán como antes en una platica entre amigos. Gran parte de esto dependerá de la siguiente Cumbre de la CELAC que estaremos comentando aquí mismo. Pero lo que, si puedo decir, es muy importante la posición de Colombia puesto es de los pocos países bioceánicos del continente (salida al Atlántico y Pacifico) igual que México, que no había tenido ninguna alternancia política y que tampoco había tenido interés en dicha integración.
Será relevante entonces la posición de Gustavo Petro en el concierto Latinoamericano y que se une a la segunda “Marea Rosa”. Por lo pronto, le deseamos los mejores deseos a su mandato en un país gravemente herido por tantas atrocidades.
Pocas veces en la historia regional han coincidido gobiernos tan afines, si la Integración no avanza en estos momentos, no sabemos qué sucederá después, es ahora o nunca cumplir el Sueño de Bolívar.