La familia Pelosi provoca gran caos en cualquier lugar del mundo donde colocan un pie encima. Desde el esposo, un conductor ebrio generador de accidentes automovilísticos hasta Nancy que incendia la política internacional con su visita a la Isla de Taiwán.
La razón de su visita, más allá de la respuesta de la China continental, se debe a la guerra de los semiconductores, que poco se ha manejado en la prensa anglosajona y occidental en general.
La isla de Taiwán, también conocida como Formosa, tiene el 38% del mercado global de los semiconductores de toda la cadena de suministro.
Nancy Pelosi aprovechó su visita a la Isla, para reunirse con el presidente de TSMC, compañía que representa poco más de la mitad del negocio de los semiconductores a nivel mundial.
El especulador financiero de Paul Pelosi, vendió días antes de la visita de su mujer a Taipei, las acciones de Nvidia, por un valor de 5 millones de dólares. Nvidia representa el 26% del mercado chino de chips y semiconductores.
La visita de Pelosi, generó una jalada de los pelos de la Casa Blanca, debido a que el Presidente Biden, mantiene la “One China Policy” (Política de una Sola China), mientras el poder legislativo la desecha flagrantemente.
En su momento cuando Kissinger jaló a Deng Xiaoping para colaborar en la OMC, a Washington le convino porque aislaba a la Unión Soviética de un aliado y vecino socialista-comunista. En ese momento, EE.UU. respetó la política de Una Sola China debido a su interés estratégico. Hoy la tira por la borda como cuando se utiliza un kleenex. La tensión en Taiwán es para pegarle a China en el área donde más le duele, su identidad cultural.
Comentaba desde mi Twitter, que Taiwán aunque diga ya no ser parte de China, su nombre oficial es la República de China, que expone su gran disociación cognitiva.
A mi juicio, la visita de Pelosi fue para ver como el panda se convierte en un dragón cuando lo alebrestan. Y China lo que mostró fue su gran musculatura.
Si hay algo de lo que los chinos son expertos y están orgullosos es de su filosofía de la guerra del antiguo general Sun Tzu, quien más allá de decirnos cómo hacer las guerras, fue explicar como evitarlas.
La paradoja de la que se cuestionan los historiadores, es como la civilización china, al haber inventado la pólvora, la brújula y haber sido buenos navegantes, porque no decidieron invadir naciones y expandieron su imperio. Al contrario, la China se amuralló de todo mundo y durmió por siglos. El gigante asiático ya despierta de su letargo.
La pugna de China con la Anglosfera, no es nueva. Desde las guerras del opio por el control de la Ruta de la Seda, es una batalla que aún no termina, y que se ha extendido hasta nuestros días. La diferencia estará en cómo y cuándo terminará y quién resultará vencedor. Que si bien es cierto, tanto EEUU, un vástago de Inglaterra, aún tiene poder para dar golpes, no está exento de la Trampa de Tucídides.
El Nuevo Orden Internacional, se definirá entre el control de la economía y de la tecnología entre EE.UU. y China.