Primera parte
Sobre el proceso de Independencia de nuestro país, me gustaría hacer algunas anotaciones, en orden cronológico, de los días de septiembre, el cual se considera de la “Patria”.
El 13 de septiembre de 1913, el general José María Morelos y Pavón, dio a conocer su texto conocido como “Los Sentimientos de la Nación”, y al día siguiente se promulgaron en el templo o iglesia de Santa María de la Asunción, en el centro de Chilpancingo, Guerrero. Ahí sesionó el “Congreso de Anáhuac”, que se podría decir que fueron los primeros diputados en nuestra historia.
Quien los condujo, (sería como el primer Presidente de la Mesa Directiva), fue el yucateco Andrés Quintana Roo, quien no solo era abogado, también era poeta. Recomiendo el libro “Antología de poesía mexicana del siglo XIX”. (FCE. Colección 21 para el 21) donde se encuentra su poema “Oda al dieciséis de septiembre de 1821”. En ese libro, se muestra cómo después de nuestra independencia, los mexicanos buscaron una especie de identidad y nacionalismo, mediante la poesía.
Hoy el estado de Quintana Roo, lleva su nombre en honor al constituyente, su esposa fue Leona Vicario, una mujer inteligente, quien donó su riqueza a la causa de la Independencia, también sirvió como enlace, y mensajera, con los Insurgentes.
Hay un episodio donde el ideólogo de la Derecha, Lucas Alamán, escribió que ella solo se había ido a luchar por cuestiones pasionales, o carnales para con su marido, pero ella, en una carta elocuente, le respondió que las mujeres también eran capaces de luchar por un ideal y una patria. Recomiendo su biografía con el libro “Leona Vicario” del autor Alejandro Rosas (FCE, Colección “Vientos del pueblo”).
En dicha misiva, Leona respondió: “En todas las naciones del mundo ha sido apreciado el patriotismo de las mujeres, ¿por qué mis paisanos, aunque no lo sean todos han querido ridiculizarlo como sí fuera un sentimiento impropio de ellas? ¿Qué tiene de extraño ni ridículo el que una mujer ame a su patria y le preste los servicios que pueda, para que a éstos se les dé por burla el título de heroísmo romancesco?”.
En lo personal, como promotor cultural que soy, considero vital que, cuando hablemos de la historia de México, siempre hablemos de las mujeres que dieron su vida por la Independencia y las demás transformaciones.
Precisamente, otro libro que anota la gesta de todas ellas es “Mujeres en lucha” del autor Pablo Moctezuma Barragán. (Sísifo Ediciones, México).
Regresando a los Sentimientos de la Nación: Se puede considerar que es la primera constitución de nuestro país. He tenido el privilegio de visitar el lugar donde los redactó José María Morelos, que es en la vieja escuela de Bachilleres, en Chilpancingo.
Ahí, cada 13 de septiembre, mis paisanos de Guerrero, de la APPG y otras organizaciones, como el Sindicato de mineros taxqueño, entregan la presea “Sentimientos del Pueblo”; un evento donde ahora se reconoce, gracias a los gobiernos de Morena, a luchadores sociales, porque en la época del gobernador fascista Torreblanca, el Congreso de Guerrero otorgaba la presea “Sentimientos de la Nación” pero a gente de Derecha.
Esta vez, el Congreso se la dio post mortem a mi camarada César Núñez, ex miembro del Partido Comunista, y fundador de Morena en Guerrero, la presea la recibió su esposa, Rocío Bárcenas, también mi compañera de partido, quien es actualmente la directora general del Servicio Postal Mexicano, y tendrá un nuevo encargo federal.
Con César Núñez formamos y fortalecimos lo que ahora es Morena, en mi natal Taxco, allá entre 2008 y 2010 (el periodo que me tocó dirigir), cuando a esa estructura electoral, le llamamos “Gobierno legítimo”. En nuestras reuniones regionales en Iguala nos visitaba AMLO, ahí lo conocí.
Y de parte de la APPG ayudé y sugerí su presea se la dieran a gente destacada, (y lo logré), como a Emiliano Zapata, post mortem, la recibió su bisnieto Édgar Castro Zapata. Al escritor comunista José Revueltas, post mortem, la recibió su nieta y mi amiga Gilda Cruz Revueltas, quien es poeta.
También se la otorgaron a mi cuate, Gabino Palomares, el trovador de Izquierda. Y he estado presente también cuando se la otorgaron a Elena Poniatowska y a Paco Taibo. Tengo una foto memorable que les tomé cuando Elena le muestra y “chulea” a Taibo, el brazalete que le regalé (lo hizo mi papá).
En esa vieja escuela, el ambiente se vuelve popular, lleno de colores y música.
Ahí también han recibido dicha presea el obispo de Izquierda Raúl Vera, Consuelo Solís, viuda del guerrillero Genaro Vázquez, Rosario Ibarra, Aristegui, y mi camarada don Pablo Sandoval Cruz, fundador del Partido Comunista en Guerrero, y candidato a gobernador en 1987.
Esta vez se la otorgaron al Che Guevara, la recibió un miembro de la embajada cubana (todas esas vivencias merecen otro artículo).
Sobre Miguel Hidalgo, no ocurrió nada el 15 de septiembre, a las 11 de la noche, cuando todos los políticos y gobernantes “dan el grito”, ese día es solo el cumpleaños del dictador Porfirio Díaz. Recomiendo el libro “La noche del 15, la madrugada del 16” del autor “Luis Castillo Ledón (FCE, Colección “Vientos del pueblo”). Basada en su obra magistral donde explica justamente lo que hizo Hidalgo esa noche, y probablemente, fue en la madrugada siguiente, cuando arengó a la gente para tomar las armas, aunque nadie sabe qué gritó exactamente Hidalgo, y no sabemos sí sólo quería la autonomía o la Independencia de Nueva España (hoy México).
En el libro cuenta que serían a las 5 de la mañana cuando Hidalgo, más temprano que de costumbre, llamó a misa y le pidió al “Cojo Galván”, que tocara el esquilón (no campana) llamado “San Joseph”. Era domingo y un día de mercado. Ahí da entender que pide levantarse en contra de los europeos y que gritó: “¡Viva la Independencia! ¡Viva la América! ¡Muera el mal gobierno!” y que los oyentes repitieron “¡Mueran los gachupines!”.
Recomiendo la película “Hidalgo, una historia jamás contada” del director Antonio Serrano, con Demián Bichir. Ahí se resalta lo que hizo Hidalgo antes de levantarse en armas. Era un ser humano adelantado a su época, le gustaba jugar y el baile, así como las obras de teatro francesas subversivas, y lo mismo que era admirador de las mujeres, pero sobre todo, muy cercano al pueblo.
Recomiendo que lean la carta de ex Comunión, que le hizo el Obispo Abad y Queipo, donde lo maldice por haberse levantado en armas, es un texto lleno de odio de parte de la iglesia católica en contra del cura. Después, lo torturaron y fusilaron, le cortaron su cabeza y la exhibieron públicamente, durante muchos años, como escarmiento. La otra película es “La virgen que forjó una patria”, del director Julio Bracho, con el actor Domingo Soler. Es una especie de nacionalismo religioso, pero se entiende que esa figura y estandarte la utilizó Hidalgo como símbolo de unidad entre los mexicanos; fue como una especie de identidad nacional, aunque irónicamente el alto clero católico se opuso al inicio de la Independencia, para proteger sus riquezas materiales. Nadie puede negar que Hidalgo inició esta larga lucha que duró once años. Él pudo haberse quedado a dar misa en su parroquia para siempre, pero prefirió tomar las armas en contra del mal gobierno.
Por cierto, la imagen que tenemos de él en estampas, biografías, fotos y láminas, no es la real, se dice que es la de un hombre de Bélgica, parecido a él, pues nadie tenía el conocimiento de su rostro real.
Castillo Ledón escribió: “Hidalgo la vio desfilar, y cuando pasó la extrema retaguardia, una moza popular en el pueblo, llamada Narcisa Zapata, que también veía el desfile, desde una ventana de su casa, recibió el saludo de despedida del párroco (Hidalgo) y le dijo: -¿A dónde se encamina usted, señor cura? -Voy a quitarles el yugo que tienen, muchacha.