Hoy, luego de intentar de todo para posicionarse de nuevo, los conservadores ahora ensayan parapetarse detrás de la senadora del Partido Acción Nacional (PAN), Xóchitl Gálvez (XG), una persona estrafalaria y excéntrica, reconocida por haberse ataviado por su gusto y elección dentro del recinto del poder legislativo con una botarga de dinosaurio, pero en esta ocasión instruida para aparecer en público y gritar a los cuatro vientos que además de ser intachable e incorruptible, y aborrecer dichas prácticas, es de origen humilde, de pueblo, y que representa a la mujer indígena porque ella es una de ellas.
La rancia facción ideológica de la derecha mexicana, con larga tradición bicentenaria, en el primer cuarto del siglo que corre está desesperada sin el poder. No ve la suya desde 2018, cuando la izquierda encabezada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), tomó posesión del cargo de presidente de la república -luego de una aplastante votación histórica de más de 31 millones de sufragios a su favor-, y hubo de hacerse a un lado hasta casi llegar a la marginalidad hasta en el congreso en la primera mitad del sexenio.
Esta mujer (XG), nativa de un pueblo del Valle del Mezquital del estado de Hidalgo, quien ha declarado ser blanca, aunque es una morena americana mestiza más (como la mayoría de los pobladores este país), tiene una larga historia de participación con la derecha en altos puestos del gobierno y sus negocios. Una peculiar estructuración de su hablar -que fonéticamente presenta una condición carente de pulcritud, que a veces llega a ser lépero- lleno de mentiras o medias verdades que contrastan sobre todo con sus acciones, confirman que su proceder está lejos de las cualidades de solidaridad y apoyo a los necesitados de su estado natal y del resto del país desde que formó parte de los cuadros altos del foxismo que gobernó de 2000 a 2006.
En ese sexenio (como titular de la Oficina de la Presidencia para la Atención de los Pueblos Indígenas y posteriormente como Directora General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de Pueblos Indígenas), y desde esas posiciones, por todo ese tiempo pudo haberse distinguido por crear políticas en favor de las clases bajas, mostrar ser un factor de apoyo para los más necesitados y, en mayor grado, con las mujeres y niños del sector indígena, del que últimamente insiste falsamente en decir que es su origen.
Al respecto, existen testimonios de vecinos de su localidad de nacimiento y parientes que rechazan sus dichos sobre carencias y estrecheces económicas extremas padecidas en su casa y lo mismo en relación con sus supuestas dificultades para estudiar durante sus primeros años escolares dado que su familia tenía ingresos seguros y constantes en comparación con sus vecinos y familiares.
Hoy, dejando a un lado sus actitudes frívolas al interior y afuera del senado, quiere ocultar su conservadurismo y clasismo. Es bien sabida su oposición a los apoyos asistenciales y consecuentemente en la cámara de senadores ha votado en contra de su implementación generalizada para los adultos mayores, como sus cófrades del PRI, PAN, MC Y PRD.
Lo mismo, ahora XG pretende que olvidemos sus estrechos vínculos con las élites del poder político y económico que la aceptaron en su proximidad, que le dieron negocios corruptos a sus empresas, y que permitieron que orbitara a su alrededor.
Su asistencia a la famosa fiesta de 2016 de los potentados económicos y la más alta clase política de México con motivo del cumpleaños de Diego Fernández de Cevallos, es el registro pleno de su carácter de pertenencia a tal cofradía -grupo de hampones y traidores a la patria- mismo que quedó de manifiesto con su propia y reveladora grabación de transmisión en vivo por la red (por medio de la plataforma en línea Periscope).
¿Nombres de los personajes de esa fiesta? Entre otros, Carlos y Raúl Salinas de Gortari, el agasajado, Antonio Lozano Gracia, Carlos Slim y Roberto Hernández, Fernando Gómez Mont, Norberto Rivera Carrera (cardenal), Juan Collado (abogado favorito de Salinas, entre otros), Felipe Calderón Hinojosa, Carlos Marín y Ciro Gómez Leyva (plumas alquiladas de grandes medios), Carlos Navarrete (líder del Partido de la Revolución Democrática), José A. Meade, Jorge Castañeda, Luis Carlos Ugalde (presidente del Instituto Nacional Electoral en 2006), Salomón Chertorivski (sobrino de José Woldenberg y actual pretendiente a candidato a jefe de gobierno de la CDMX), ¡ah! y el inefable e infaltable Porfirio Muñoz Ledo.
Lo que pareciera una rara mezcolanza de personajes, es en realidad parte del núcleo de las élites que gobernaron durante la etapa neoliberal en México y corresponde al conglomerado de entreguistas y saqueadores del país desde 1982, con Miguel de la Madrid Hurtado como cabeza política vinculado y alineado a los intereses de Estados Unidos. Los invitados de medio pelo y menos (como XG), constituyen los enanos del circo que son componentes intercambiables tipo fichas a participar a conveniencia de los titiriteros para el tablero nacional en el momento que los cabecillas (sin pelo y orejones) consideren pertinente su participación, como XG o Santiago Creel en este momento previo a 2024.
A pesar de los fuertes negativos de XG -como el hecho de los negocios de empresas suyas con el gobierno federal en contratos de asignación directa por varias decenas de millones de pesos durante su actividad como funcionaria pública, así como contar ella misma que hay en su familia directa (una hermana secuestradora) que se vio vinculada por un hecho de violencia con y por parte de Genaro García Luna, como secretario de Seguridad Pública en funciones-, es escogida como el caballo de Troya concebido por los “pensadores” de la derecha (encargado de ese papel es el junior Claudio X González), para engañar tanto a los despistados como a los inconformes (clasemedieros y clase media-alta con excesivo sentido aspiracionista) con la 4T.
Quiere ser presentada como indígena y no para arrebatarle el triunfo a quien se alce como candidato de Morena para las elecciones presidenciales de 2024, sino para conseguir reducir la representación de la izquierda en las cámaras de diputados y senadores para evitar que se concrete el Plan C planteado por AMLO.
A la señora Gálvez ya le tienen alineado un ejército de mercenarios de los medios masivos corporativos y convencionales nacionales y extranjeros apostados en todas las vitrinas a su disposición (radio, prensa escrita, televisión, medios de internet) para respaldar y fortalecer el mensaje que le han instruido externar: ser mujer, indígena, de origen humilde, luchona, profesionista, exitosa, honrada y benefactora de toda la vida de los desposeídos, amén de respondona y hasta grosera con tal de defender su postura y a sus (inexistentes) desvalidos grupos de campesinos y depauperados rezagados “bajo su protección de toda la vida”.
Todo lo anterior, aunque la realidad nunca se haya parecido a la imagen que quieren proyectar de ella, y por lo contrario, por su comportamiento se encuentra en la mente de los medianamente informados -ciertamente no a través de los medios convencionales-, asociada a la imagen de una senadora que en el recinto del senado se encadena a la curul en un movimiento desesperado de la derecha para bloquear la aprobación de una iniciativa de modificación al INE procedente de la cámara de diputados; o peor aún, en el colmo de la vulgaridad, las indignas visiones de armar una pijamada (viéndose literalmente como una hembra) con avejentados compañeros del senado de similar afinidad ideológica en el recinto parlamentario, y estar alegremente a ras de piso y mostrándose extática -por no decir que se hallaba revolcándose en el piso con la boca abierta en amplias risotadas, en subidos arrebatos de felicidad y gozo- entre dos senadores igualmente acostados a sus costados, empiernada con ellos.
¿Qué hay en el fondo? ¿Qué es lo que está en juego? Básicamente es la libertad de los mexicanos, la capacidad de decidir el destino de la nación con lo que dejaron de ella en 2018, con lo que se tiene y se ha podido recuperar en términos de recursos naturales, territorio y soberanía desde la llegada de AMLO a la presidencia. Eso mismo que este grupo espoliador encabezado por Carlos Salinas durante el período neoliberal arrebató al pueblo y entregó a sus incondicionales y a grupos económicos extranjeros, estos últimos que ahora, a través de sus medios, comienzan a publicar que XG “en la carrera presidencial es la agradable sorpresa de raíces indígenas que amenaza a la continuidad” definida por AMLO (Financial Times, 04/07/23).
Lo anterior hace recordar que el mismo tratamiento le fue dado al expresidente Enrique Peña en publicaciones relevantes en lengua inglesa cuando se encontraba entregando la riqueza petrolera de la nación, esta vez en la revista Time bajo el encabezado que rezaba “Salvando a México” (02/24/2014).
Ambos casos reflejan lo importante y urgente que es para la oligarquía que gobernaba hasta 2018 y los poderosos grupos financieros extranjeros vinculados a ellos, recuperar la administración del país y sus recursos, mismos que hoy, sólo en parte, ya están en vías de volver a manos públicas nacionales.
El mayor freno que ahora enfrenta la 4T, y se busca eliminar para el desarrollo de la economía para todos con justicia, es la corrupta y pervertida Suprema Corte de Justicia, que representa el último bastión de la derecha conservadora encabezada por Norma Piña (http://localhost:8888/paralelo/2023/05/16/el-poder-judicial-en-mexico-hoy)
En las próximas elecciones presidenciales de 2024 se pretende corregir esa aberrante distorsión y para ello se propone que el voto sea uniforme y transversal, es decir, que los votos sean para los candidatos en favor de la continuidad de la transformación iniciada por AMLO, tanto a la presidencia como de las cámaras legislativas.
De no lograr desmantelar estas estructuras que representan el contrafuerte que se opone al beneficio de los mexicanos, la derecha antipatriota no únicamente va a darle la vuelta a las mejoras sociales y de justicia que se han puesto en manos de la gente (sobre todo primero a los más rezagados y desvalidos, entre quienes se encuentran los indígenas), sino que también buscará revertir las medidas del ejecutivo en materia de recursos (energéticos, agua, territorio, minería, etc) y su administración en detrimento de la soberanía, la economía y la estabilidad del país en perjuicio de los mexicanos.
Para ello los conservadores oligárquicos ya han desenterrado a sus viejos “expertos” entrenados en las universidades de élite de Estados Unidos y el Reino Unido, anunciando que su “nuevo modelo” de supuesta recuperación del país sería encabezado por José Ángel Gurría (el Ángel de la Dependencia). Este personaje, vividor del erario nacional, es un acabado tecnócrata de derecha con reconocimiento mundial por aplicar rigurosamente las políticas económicas del Fondo Monetario Internacional en México, cuando fue secretario de Hacienda de Ernesto Zedillo (endeudador de los mexicanos con varias cuentas, entre ellas el Fobaproa) y posteriormente asegurar su aplicación globalmente como cabeza de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que supuestamente tiene la misión de “diseñar políticas para una vida mejor”.
Ante la evidencia de que la derecha depredadora ya se perfila en 2024 a buscar hacerse del gran botín que representa el páis mediante la presentación de una candidata a la presidencia humilde, de origen indígena y benefactora de los desvalidos del país, es una obligación perentoria explicar que Xóchitl Gálvez es una mera pieza usable de las élites desplazadas en 20018; una precandidata con marcada dislalia que no es más que una botarga conservadora fingiendo haber contado de siempre con las características y cualidades que le pretenden atribuir.
Finalmente, debe hacerse explícito que de esa manera pretenden (ella y sus titiriteros) engañar -pero solo a los incautos y malinformados clasemedieros con exacerbadas pretensiones de pertenecer a una clase superior-, mientras su imagen está siendo inflada por los medios convencionales del conservadurismo de dentro y fuera del país hasta que pronto llegue el momento en que, sin darse cuenta, terminará por reventar.