Desde hace tiempo, el actor Daniel Giménez-Cacho está furioso con el presidente López Obrador. Hace unos días, declaró que la propuesta de Reforma Electoral que plantea el Primer Mandatario “es un atentado directo contra la democracia”.
El pasado 12 de noviembre, justo un día antes de la llamada “marcha por la democracia”, Giménez-Cacho aprovechó una entrevista para invitar a la ciudadanía a que acudiera a la marcha que, el domingo 13 de noviembre, impulsaron los empresarios Claudio X. González Laporte y Gustavo De Hoyos Walther, y donde estuvo presente Roberto Madrazo, Vicente Fox y Elba Esther Gordillo.
Las críticas de Giménez-Cacho son cada vez más frecuentes y coléricas. El intérprete ha dicho que el gobierno federal “tiene una clara tendencia a centralizar el poder”. Por si fuera poco, el histrión de 61 años también ha dicho que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) “se volvió absolutamente inútil y al servicio de AMLO”.
Pero la indignación de Giménez-Cacho contra el Jefe del Ejecutivo no es nueva. El actor nacido en España lleva, al menos, tres años lanzándole reproches a López Obrador. En 2019, por ejemplo, el fundador y miembro del consejo directivo del Teatro El Milagro, al enterarse de los recortes ordenados por la secretaria de cultura, Alejandra Frausto Guerrero, dijo que “la cultura nunca ha sido prioridad” de López Obrador.
Giménez-Cacho, cuyas amonestaciones contra AMLO son cada vez más impulsivas, asegura que el megaproyecto del Tren Maya “es un proyecto neoliberal”, basado en “consultas patito”. Al protagonista de la película Bardo poco le importa que el proyecto ferroviario tenga como objetivo conectar destinos turísticos en el Caribe con sitios menos conocidos tierra adentro, incluidos sitios mayas históricos de los que el proyecto adquiere su nombre.
Sin embargo, un grupo de excolaboradores de la asociación civil Arte El Milagro, A.C. aseguran que el actor madrileño “es un hipócrita que no está dispuesto a hablar sobre los jugosos beneficios que recibió de varias administraciones anteriores”. De acuerdo con esta versión, el actor de 61 años “pensó que el gobierno de López Obrador continuaría subsidiando los proyectos de sus amigos, de su familia y de él. Pero como no fue así, ha dejado salir toda su animadversión contra el actual presidente”.
Estos amigos serían, de acuerdo con estos testimonios, tres personajes principales: el dramaturgo David Olguín, el escenógrafo Gabriel Pascal, el editor Pablo Moya Rossi y, claro, el propio Daniel Giménez-Cacho.
Es importante hacer notar que, al acceder al portal del Teatro El Milagro se puede corroborar que el consejo directivo de esa asociación civil está encabezado por estos otros tres sujetos y, desde luego, por el protagonista de Profundo carmesí.
Lo mismo ocurre con Ediciones El Milagro, una editorial que se ostenta como un sello especializado en cine y teatro. Curiosamente, el consejo editorial también está encabezado por Giménez-Cacho. En el portal de dicha editorial, se puede ver que, debajo del nombre del actor, aparecen David Olguín, Gabriel Pascal y Moya Rossi. Cabe destacar que esta editorial presume haber recibido apoyos de coinversión y de fomento a la traducción literaria por parte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).
Un grupo de actores y dramaturgos que han solicitado preservar su identidad para evitar represalias, nos aseguraron que la asociación fundada por Daniel Giménez-Cacho García es una organización que, “desde hace décadas, se ha dedicado a vivir de becas y subsidios”. Estos personajes, entre los que se encuentran varios excolaboradores de Ediciones El Milagro, aseguran que, “esta gente, con el cuento de que se dedican a impulsar el teatro, van exprimiéndole recursos a diferentes gobiernos”.
Al consultar los reportes de Donatarias Autorizadas, emitidos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, pudimos constatar que, en efecto, la donataria autorizada denominada Arte El Milagro, A.C., hace algunos años, comenzó recibiendo donaciones de 21 mil 972 pesos:
Pero, poco a poco, alcanzó donativos más jugosos que rebasaron el medio millón de pesos:
Fuentes cercanas al dramaturgo David Olguín, por otro lado, aseguraron que esos no eran los únicos donativos que la asociación presidida por Daniel Giménez-Cacho recibía. De acuerdo con estos testimonios, el equipo de El Milagro “se dedica a exprimirle el presupuesto a diferentes gobiernos estatales y municipales”. Documentos que están en poder de Paralelo24 y Sin Censura comprueban que la agrupación Arte El Milagro, A.C., además de los recursos federales que ha recibido, también ha obtenido importantes donativos de parte de los gobiernos de la Ciudad de México y del Estado de Guanajuato.
En 2018, por ejemplo, además de recibir los 694 mil 233 pesos, la asociación civil, cuyo representante legal es precisamente el escenógrafo Gabriel Antonio Pascal Falcón, recibió un donativo de 200 mil pesos, de parte del Gobierno de la CDMX, y dos donativos de 100 mil y 139 mil pesos de parte del Forum Cultural Guanajuato.
INDIGNACIÓN SELECTIVA
“Algo que el farsante de Giménez-Cacho jamás ha criticado es la estrecha relación que su hermano, Luis Emilio Giménez Cacho, ha tenido con el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova”, explica alguien que trabajó en el equipo de producción de Crónica de castas, una serie televisiva que dirigió justamente Daniel Giménez-Cacho.
En el perfil curricular que Luis Emilio Giménez-Cacho García comparte en la plataforma LinkedIn, el hermano del actor hispano-mexicano asegura ser el coordinador de asesores del consejero presidente del INE.
De acuerdo con nuestra fuente, “Luis Emilio Giménez-Cacho García siempre ha sido un virulento crítico de López Obrador y, antes de que AMLO asumiera la presidencia, el muy cabrón dijo que temía perder su pensión dorada y pidió su retiro anticipado”.
En efecto, el hermano del actor Daniel Giménez-Cacho solicitó su retiro en 2018, cuando se desempeñaba precisamente como coordinador de asesores de la Presidencia del INE, llevándose a su cómodo retiro un salario bruto de 220 mil 395 pesos mensuales y una compensación de 2 millones 162 mil pesos.
Recordemos que, entre el 1 de enero de 2017 y el 31 de septiembre de 2021, el fideicomiso denominado “Fondo para Atender el Pasivo Laboral del Instituto Nacional Electoral (INE)” pagó 941 millones 471 mil pesos en reconocimientos a servidores públicos o prestadores de servicios por honorarios asimilados a salarios con funciones de carácter permanente, quienes decidieron dar por terminada su relación jurídico-laboral o contractual con el INE. Entre los beneficiarios estuvieron Benito Nacif, Marco Antonio Baños, Luis Emilio Giménez-Cacho y otros 3 mil 744 exfuncionarios.
“¿A poco no es curioso que el fundador de El Milagro [Daniel Giménez-Cacho] jamás haya hablado sobre su carnal, Luis Emilio Giménez-Cacho, quien además de haber sido coordinador de asesores de Lorenzo Córdova, fue coordinador administrativo de la Presidencia del Consejo General del IFE, y ahí, como no queriendo la cosa, también fue asesor del consejero presidente, o sea de José Woldenberg?”, dice irónicamente nuestra fuente.
Es importante resaltar que, además de dichos puestos, Luis Emilio Giménez-Cacho, durante la presidencia de Isaac José Woldenberg Karakowsky en el desaparecido Instituto Federal Electoral (IFE), fue vocal del Comité de Adquisiciones de ese organismo. Y, en efecto, Daniel Giménez Cacho, quien ahora mismo está dando toda suerte de entrevistas con motivo de su actuación protagónica en la película Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, ha aprovechado para lanzar fuertes críticas al gobierno de AMLO, pero ha decidido guardar silencio ante el rol protagónico de su hermano, quien, además de todos esos puestos claves en el IFE y en el INE, durante tres años fue director de Administración y Secretario del Consejo de Administración de NEXOS-Sociedad, Ciencia y Literatura S.A. de C.V., o sea: del negocio de Héctor Aguilar Camín.