Frente a la tambaleante ingobernabilidad anglosajona, que ya ha demostrado que no puede mantener a ningún primer ministro al mando por mucho tiempo, la China moderna de Xi Jinping muestra avances en su más reciente Congreso.
Liz Truss, la más reciente líder del partido conservador se derrumbó a solo 45 días después de haber tomado el cargo, de haber puesto patas arriba a Reino Unido con sus declaraciones frívolas de usar el botón nuclear en caso de que sea “necesario” y de sus medidas económicas que han entorpecido aún más su gestión, Truss pasará a la historia como la líder de los tories con menos tiempo en el gobierno y como una perdedora ante una lechuga.
El Occidente (si es que hablamos solo de Europa) se encuentra en una ingobernabilidad desesperante, si tomamos en cuenta de que se encuentra en medio de una encrucijada por el destino de Ucrania. Un Reino Unido incapaz de generar estabilidad política con tantos primeros ministros renunciando, una inflación que se come a Francia y en medio de huelgas, una Italia que se disputa internamente sobre una política exterior Pro-OTAN o Pro-Putin y una Alemania entrando en una recesión y sin gas de los dos suministros rusos explotados por parte de los Estados Unidos: Nord Stream 1 y 2.
Al otro lado del mundo, Xi Jinping celebra el vigésimo congreso del Partido Comunista Chino. El mandatario dio un discurso de apertura destacando los más importantes logros durante los casi 10 años al mando de la República Popular de China, y que, además, de ser elegido nuevamente para un tercer mandato, se colocaría como unos de los líderes del PCCH con mayor duración.
En algún momento, Richard Nixon, le pregunto a Zhou Enlai su opinión sobre el impacto que había tenido la Revolución Francesa en el mundo, a lo que este último respondió: “Todavía es muy pronto para decirlo”. Lo que nos da a entender la visión de largo plazo que una civilización milenaria -y una de las civilizaciones originarias aún existentes-, tienen sobre el tiempo y de la historia. Muy distinto de la visión cortoplacista que nos tiene acostumbrados la Democracia Liberal Anglosajona que hoy se hace agua.
Otro factor importante para considerar la gobernabilidad en China es su criterio meritocrático. Y no un mérito en el sentido capitalista, donde el esfuerzo inevitablemente genera sus frutos, sino un sistema político de corte confuciano, donde el mérito por su trabajo y la experiencia burocrática, le garantiza su permanencia y su ascenso dentro del partido. La democracia (occidental) está muy sobrevalorada, como diría Frank Underwood.
El geo-politólogo Pepe Escobar, experto en el tema de Asia, nos da las claves para entender el discurso de Xi, además su visión a futuro en caso de que sea reelecto. Sobre Taiwán, China ha iniciado “una gran lucha contra el separatismo y la injerencia extranjera” en la Isla, así como realizar todos los intentos para reunificar a ambos pueblos. Con respecto a la apertura: China se ha convertido en “un importante socio comercial y un importante destino para la inversión extranjera”. Aquí, lo que hace el mandatario chino es refutar la noción de que China “se ha vuelto más autárquica,” sino al contrario, que el país “no se involucrará en ningún tipo de expansionismo mientras se abre al mundo exterior”.
El portavoz del PCCh, Global Times, en su editorial agrega que, en el discurso del Xi, “el país ascenderá en la cadena de valor al centro del escenario” y que además “se embarcará en una trayectoria firme para destronar a EE. UU. como la economía número uno del mundo alrededor de 2030” así como se tiene previsto “que su volumen económico sea el doble que el EE. UU. para 2050, con un PIB per cápita, al menos, aumentando explosivamente hasta solo ser superado por el de EE. UU.” así como “considerar a la ciencia y la tecnología como nuestra principal fuerza productiva, el talento como nuestro principal recurso y la innovación como nuestro principal motor de crecimiento”, esto debido a la reciente ofensiva de Washington contra prohibición mas dura de las exportaciones de Chips a China y de presionar a los aliados de EE.UU. para excluir a Beijing de la cadena de suministro.
Koh King Kee, presidente del Centro para la Nueva Asia Inclusiva, comenta que “la ventaja del sistema de China” le “permite que el PCCh formule planes de desarrollo a largo plazo y garantiza la continuidad y consistencia en la implementación de políticas gubernamentales en lugar de centrarse en medidas populistas a corto plazo para ganar ventaja política, como en las democracias occidentales”, tal como Confucio lo explicó en su Analectas.
Mientras Occidente se comienza a caer a pedazos por su ingobernabilidad, debido a sus sistemas políticos que no dan para más; la fuerza, la disciplina y la cultura del esfuerzo de China, los coloca prácticamente intactos ante un mundo turbulento.
La importancia para los países, como México, entre otros que se encuentran en vías de desarrollo, como toda la región Latinoamericana, es cual será la perspectiva que tienen y tendrán en un futuro sobre China, la de un Panda diplomático con quien aliarse o un Dragón guerrero que expande su doctrina socialista, porque el futuro será dominado por China, nos guste o nos guste.