El pasado “día de muertos” en Playa del Carmen, pude presenciar cómo se cocina el “Hanal Pixan” (comida de las almas), el cual es el alimento para los muertos, hecho por los Mayas, una tradición de hace mucho tiempo, muy típica en gran parte de la península de Yucatán.
El lugar fue en el Planetario “Sayab” de dicha ciudad, donde varias mujeres indígenas mayas hicieron una demostración de ese plato para que el público y los turistas lo conocieran y, al mismo tiempo, lo expusieron para vender.
Ellas fueron invitadas por el director del planetario Santos Salazar, una de las señoras, es su mamá, y me dio gusto que todas hablaran maya, algunas nacieron en Quintana Roo, y otras en Yucatán, pero todas viven en Playa del Carmen.
Cocinaron María Uc; Francisca García; Merli Magaña; Gabriela Tello; y Angélica María Noh.
El plato estaba elaborado con pollo, una salsa especial, maíz, huevo cocido, y otros ingredientes, el cual se hace como una especie de masa, donde se coloca la carne al centro, y se envuelve con hojas de plátano, lo más interesante, es que este se entierra en la tierra, que es un horno hecho a mano, para que se pueda cocer de manera especial. Una de ellas me dijo, que había la creencia que, con el olor de la comida, los muertos, lo iban a percibir, y así vendrían a este mundo a comerlo.
El sabor era como el de un tamal (no se debe confundir), pero con un sabor especial, precisamente, por su salsa y haberse cocido en las entrañas de la tierra. Esta comida se conoce como “Mucbipollo”.
La joven Merli, nacida en Yucatán, me platicó de varios platillos oriundos de ese estado, y que le gusta cocinar, por algo se dice que la gastronomía yucateca es de las mejores de todo México.
Precisamente, la comida nos da identidad, y más con el toque espiritual, en el sentido que se le cocina para los amados muertos de los mayas.
Esta celebración es la verdadera cara de los mayas de la península de Yucatán, porque viene la historia o creencia de los muertos de origen maya, aunque mezclada con algo de catolicismo, también su ropa, porque portan sus vestidos y huipiles bordados por ellas, y lo más importante: su lengua, porque su comida, tiene nombres mayas, y su pensamiento también es maya, el resultado, es la comida, para sus difuntos.
En otros municipios de Quintana Roo, como Benito Juárez (Cancún), y Othón P. Blanco (Chetumal), también se hicieron festivales relativos al “Hanal Pixan”. En Solidaridad (Playa del Carmen), ocurrió un fenómeno interesante, debido a que ahí viven muchos extranjeros sobre todo, “gringos”, el 31 de octubre, abarrotaron las calles, disfrazados de monstruos debido a su Halloween, tanto niños como adultos, y al día siguiente, y el 2 de noviembre, hubo un desfile de “Catrinas”, (algo muy mexicano), quienes llegaron hasta la explanada municipal, donde había ofrendas, montadas al estilo Maya, así varias culturas del mundo se entremezclaron, eso fue organizado por el ayuntamiento municipal.
Esa noche Eugenia León iba ofrecer un concierto junto a una orquesta infantil, pero debido a las lluvias, se canceló. Eugenia es una de mis cantantes favoritas y justamente, su música y su voz, es idónea para esa época para cantarles a los muertos.
Y eso justamente, es lo que están buscando los turistas jóvenes que visitan Quintana Roo, ya no se conforman con ir a las discotecas de Cancún, o bares de Playa del Carmen, están buscando una alternativa en este estado caribeño ya que lo anterior lo ven muy superficial.
Bajo esa tesitura, semanas atrás, en Bacalar, conocí a Calista Plunkett, una joven de Australia, que estudia la licenciatura de Economía, ella junto con sus amigos, estaban disfrutando de la laguna de ese lugar, me contó que llegaron a Cancún, pero decidieron bajar hasta Bacalar, precisamente porque es un lugar más mexicano.
A Cali la entrevisté, porque me pareció una joven muy inteligente, la entrevista fue en inglés, pero aquí la pongo en español, me gusta conversar con este tipo de turismo joven, porque es más maduro y sabe disfrutar de nuestra verdadera cultura.
Calista Plunkett nació en Brisbane, Australia, la cual es una hermosa ciudad sub tropical de Queensland, con un excelente clima, y con acceso a montañas y playas. Ella estudia Economía, y espera trabajar en la industria hidroeléctrica.
Ella y sus amigas, decidieron viajar a Cancún y Bacalar, porque escucharon muchas cosas buenas sobre esos lugares, en boca de sus amigos. Ella pensó que sería una probadita de esta parte de América, cuyo viaje, la inspiró bastante.
Le encantó su experiencia en México, explorando diferentes lugares. Ama el clima cálido de esta región, así como la comida barata, y deliciosa, que probó en las calles, aunque le pareció chistoso porque no habla mucho español.
Disfruta hospedarse en hostales porque conoce gente de diversas partes, así como a viajeros, quienes la mayoría de las veces, les pueden dar consejos para sus viajes, o incluso unírseles, por un rato, durante su travesía, lo cual, considera que es un aspecto muy especial durante su travesía.
Acerca de Bacalar, Calista dice que le gustan sus calles, con los árboles, sobre el camino, los cuales te brindan sombra mientras está caminando. Y desde que va sobre la carretera, siente que estás cerca del agua, incluso aunque no sepas que hay una laguna. Ella adora esa laguna por su color azul cristalino, la cual te permite nadar, y descansar en las hamacas que ahí se encuentran.
Asombrada, dice que nunca había visto algo similar y que por eso la actividad turística alrededor es muy buena (comida, y esparcimiento) la cual les permite a los turistas quedarse en la laguna por mucho tiempo para divertirse. Ella se refiere en especial al balneario “Ejidal”, donde la conocí, que vale mencionar, es una especie de cooperativa, porque los propietarios son ejidatarios de varios pueblos o comunidades de Bacalar.
Cali y su amiga Jessica Kirshaw estaban reposadas en hamacas, mientras el agua turquesa de la laguna, las cubría medio cuerpo, el cual se bronceaba con cielo soleado.
Sobre los mexicanos, Calista considera que somos muy amables como personas, solidarios, y con un bonito sentido del humor. Dice que nunca encontró a alguien enojado cuando ella les pedía ayuda, pues no habla bien español. Cree que los mexicanos tenemos un sentido innato del trueque (y de ser serviciales), cosa que ve diferente a los australianos a la hora de hacer negocios, lo cual respeta también.
Calista recomienda mucho visitar Bacalar, especialmente su laguna, la cual tiene una hermosa energía que la atrae o te atrapa. Considera Bacalar, como un lugar más auténtico mexicano, que Cancún, o Playa del Carmen, que también visitó (y estoy de acuerdo con ella) pues para Cali, fue más lindo ver cómo la gente mexicana vive en pequeñas comunidades que no están motivadas (o creadas) por o para el turismo.
Le pregunté su opinión sobre la cultura mexicana, lo que ella ha visto, es que la influencia de la cultura se debe al clima cálido, y al desarrollo (cabe mencionar que Quintana Roo se localiza en el Caribe), ella lo compara con Australia donde hay más industrialización y desarrollo, pero Calista, lo expresa de una manera positiva, y la entiendo, pues en general, el sureste mexicano está menos desarrollado que el norte de México, por ejemplo, Monterrey.
Acerca de la cultura maya, Calista responde que ha visitado Valladolid (es una ciudad colonial de Yucatán), así como las zonas arqueológicas de Chichen Itzá y de Tulum, al mismo tiempo que varios cenotes, y por la información que ha recogido en esos lugares, se dio cuenta que la cultura maya es fascinante, y sí los españoles no se hubieran llevado todo eso (o saqueado) aún tuviéramos muchos avances en matemáticas y en astronomía especialmente.
Ella cree que las civilizaciones ancestrales con ese tipo de conocimientos tendrían un método exclusivo para lograrlo, es decir, para mantener su desarrollo, en diferentes aspectos. En este sentido, creo que Cali, dio al punto, acerca de la cultura maya, al conocer su pasado, y por el otro lado, las mujeres mayas que cocinaron el “Hanal Pixan” mantienen vivo ese pasado, y desarrollo cultural, por eso, me hubiera gustado, que entre ellas se hubieran conocido, sus conocimientos, se iban a compartir y complementar, sería una especie de trueque.
Cuando le hablé de los mayas, de manera inevitable me acordé de los “aborígenes” de Australia, que vendrían siendo su par, como indígenas, a ella le comenté que hace años leí el libro “Totem y Tabú”, de Sigmund Freud, que justamente, hace un análisis de los aborígenes. A Cali le pregunté su opinión sobre ellos, me respondió que la cultura de los aborígenes, es similar a la de los mayas, en el sentido que son una civilización ancestral con una historia bastante extensa. Y ella compara a los británicos, con los españoles, cuando colonizaron México, y los primeros colonizaron a Australia, lo cual también fue una experiencia violenta y disruptiva para los aborígenes, -igual que a los indígenas-. Eso y otros eventos, incluyendo la “generación robada”, ha provocado un trauma excepcional para la gente aborigen.
Parece chistoso, pero cuando conocí a Calista, junto con su otra amiga, su mirada era diferente, y ella mostraba interés por mis preguntas e historias, creo que le ha servido bastante estudiar Economía, y viajar al mismo tiempo, porque a pesar de ser muy joven, la noté una mujer muy inteligente y observadora.
Calista dice que antes de venir a México, esperaba sentir más miedo e inseguridad en nuestro país, debido a las noticias sobre la violencia y los cárteles de las drogas. Sin embargo, se sintió muy segura durante su viaje y esa experiencia se volvió mejor de lo que se imaginaba. Sólo tiene cosas positivas que decir sobre México. Calista les recomienda a todos los viajeros, venir a mi país, adentrarse en nuestra cultura, el clima cálido y húmedo (del Caribe), probar su deliciosa comida (me hubiera gustado que degustara el “Mubipollo”), y asegura, comer los mejores tacos del mundo.
Calista quiere regresar a México, le encanta viajar por aquí, y también pretende recorrer Sudamérica y consideraba que México sería su punto de partida o final, de su viaje, porque le encanta la calidez de los mexicanos.
Espero que Quintana Roo, siga recibiendo a este tipo de turistas como Calista, porque vienen con una diferente óptica para conocer las verdaderas tradiciones de México, y no solo para emborracharse y drogarse en sus playas. Al mismo tiempo, me da gusto, que el gobierno estatal y los presidentes municipales, le están apostando a promover las verdaderas tradiciones mayas como el “Hanal Pixan”, pues así no solo van a degustar esta deliciosa comida, nuestros muertos, sino también los extranjeros como “Cali”, como le decimos de cariño.