La sorprendente tendencia de los asesinatos políticos en México Skip to main content

Entre 2023 y 204 al menos 8 candidatos de Morena han sido asesinados de cara a las elecciones de 2024

Entre 2023 y 204 al menos 8 candidatos de Morena han sido asesinados de cara a las elecciones de 2024

De noviembre de 2023 a marzo de 2024, un total de 8 candidatos de Morena han sido asesinados en México. ¿Se trata de una amenaza para la democracia?

Algunos de los candidatos del Morena que han sido asesinados son: Miguel Ángel Zavala, precandidato de Morena a la alcaldía de Maravatío, Michoacán, fue asesinado en febrero de este año, en un ataque armado mientras se encontraba a bordo de su vehículo en las inmediaciones del fraccionamiento Rancho La Huerta.

Ricardo Taja Ramírez, político y empresario que aspiraba a la alcaldía de Acapulco por el partido Morena, fue asesinado a balazos mientras comía en la pozolería “Las Vecinas”, en la zona Diamante del puerto de Acapulco. 

Samantha Gómez, defensora trans de derechos humanos y aspirante al Senado por Morena, fue asesinada, en enero de este año, al salir de una visita en el reclusorio sur de Ciudad de México, mientras viajaba en un taxi de aplicación. 

Yahir Martín Moreno, aspirante a diputado federal por Morena en Ecatepec, Estado de México, fue asesinado, junto con su hermano Joan, el pasado 10 de febrero en las calles de Santa Clara Coatitla.

Manuel Hernández, aspirante de Morena a la diputación de Misantla, Veracruz, fue asesinado en febrero de este año por sujetos armados a bordo de una motocicleta, quienes se acercaron hasta la camioneta del aspirante y le dispararon en siete ocasiones.

Gisela Gaytán, candidata de Morena a la alcaldía de Celaya, Guanajuato, fue asesinada por hombres armados mientras caminaba por San Miguel Octopan. El crimen ocurrió durante un acto de campaña, a plena luz del día, sin importar que estuviera rodeada de simpatizantes.

El actual proceso electoral refleja un preocupante nivel de violencia política en el país. Y los discursos de odio no ayudan a que los crímenes aminoren. Es imposible negar que estos crímenes evidencian la vulnerabilidad de los candidatos y precandidatos, así como la compleja interacción entre la política y el crimen organizado.

Es evidente que los grupos criminales buscan, a toda costa, controlar a las autoridades locales para operar con impunidad, influyendo en los procesos electorales y en la gobernanza a nivel estatal y municipal.

Esta situación refleja un enorme desafío para la democracia mexicana. Y es que la violencia política, aunque en los mentideros de la derecha se diga lo contrario, continúa siendo una amenaza que impacta negativamente en la participación política.

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