El Tren Maya de Bacalar - Paralelo24 Skip to main content

El 15 de diciembre el Presidente López Obrador inauguró el tramo del Tren Maya que abarca de Campeche a Cancún; posteriormente, el que llega hasta Palenque, y finalmente, el que correrá desde Cancún hasta el sur de Quintana Roo, para moverse a Campeche y así tener todo el circuito. Para julio ya estará funcionando todo el tren.

Bacalar, se ubica cerca de Chetumal, que es la capital de Quintana Roo y que a su vez, comparte frontera con Belice. Decir Bacalar, es un término incorrecto, derivado por la mala escritura de los españoles (quienes en general le cambiaron el nombre a casi todo, en nuestro país) se escribe “Bakjalal” que en maya significa “rodeado de carrizos”. Antes de la conquista española, era la cabecera de Uaymil, una de las 16 provincias mayas en que estaba dividida la península de Yucatán.

Se cree que era un punto estratégico en el sentido comercial, porque ahí llegaban las mercancías provenientes de Centroamérica y otras áreas del Caribe. Después, aparecieron los españoles. Pero a diferencia de otros lugares de la región como Mérida o Izamal, ahí no fundaron iglesias ni centros religiosos (seguramente porque se encontraron con pura selva).

Sin embargo, los conquistadores tuvieron que edificar un Fuerte en 1729 al que llamaron San Felipe, para protegerse de los piratas ingleses que llegaban desde su famosa laguna, para saquear el Palo de Tinte y otras maderas. En el siglo XIX estuvo resguardado por los mayas, durante la cruenta “Guerra de Castas”, donde los blancos hacendados, principalmente de Yucatán, trataron de aniquilar a los mayas.

Actualmente Balacar es un pequeño pueblo que vive en la quietud (ahí viví una temporada), sin edificios españoles, como por ejemplo, en Valladolid, Yucatán. Ese lugar es famoso mundialmente por su laguna de los 7 colores, y vaya que es hermosa, única, inigualable; pero casi todo a su alrededor está privatizado por hoteles, y casas cuyos dueños son mexicanos y extranjeros, sólo tiene algunos accesos públicos, a diferencia de las playas del norte de Quintana Roo. Así que es un privilegio vivir ahí, alrededor o frente a la laguna.

Los ejidatarios tienen un balneario público, a bajo costo, el cual ofrece recorridos en lancha por toda la laguna, así conocí esas aguas fantásticas, el conductor al mismo tiempo, va contando la historia del lugar.

A la avenida que separa la laguna con la primera calle, le llaman costera, y tiene algunos restaurantes y hoteles, construidos de una manera acorde a la naturaleza, con madera, piedras, y decorados con grafitis alusivos a nuestra cultura. 

En su zócalo -que aquí le dicen “parque”- en su palapa, se instalan pequeños artesanos (ahí se encuentra una pareja de adultos mayores que siempre fueron solidarios conmigo), algunos viven en el pueblo, y la mayoría vienen de paso, ahí yo vendía mis artesanías y libros usados, así logré conocer artesanos chilenos y chilangos, y mirar pasar argentinos y franceses. Ahora el parque tiene juegos para niños, y bancas para por fin sentarse plácidamente.

Frente a la laguna está el Fuerte, y del otro lado, el pequeño palacio municipal, el parque está rodeado de restaurantes y cafés muy bonitos. Esa es toda la vida turística de Bacalar. De la cabaña donde vivía caminaba al parque, unos treinta minutos, me iba por una pequeña carretera, flanqueada por árboles frondosos, siempre me ponía feliz, olerlos y contemplar el cielo azul, más en el verano; eso sí, ahí pegó fuerte la “ola de calor” que, combinada con los mosquitos y la humedad de la selva, puede ser terrible para muchas personas, yo me enfermé de dengue, y el dolor de huesos era insoportable.

Todas las casas, fuera del parque, son habitadas por gente de Bacalar (algunos cuartos los rentan a turistas), son muy pacíficos, varios están sentados contemplando la tarde, algunos hablan en maya, y siempre te regresan el saludo. Hace falta más alumbrado público y pavimentación de las calles, lo mismo que un mejor transporte público, quizá el servicio de “Moto-taxis” sería una buena opción.

Igualmente, se necesitan varios centros de salud, pues solo tienen un pequeño hospital que está junto a la Cruz Roja, sino fuera por los consultorios de las farmacias del famoso doctor que baila en una botarga, mucha gente padecería varias enfermedades, pues muchos no tienen dinero para viajar a Chetumal donde hay mejores servicios de salud.

En Bacalar conocí a gente humanista como Pablo Prieto, un hombre muy astuto, que ha ayudado a los campesinos del lugar, mediante recursos federales, para bienestar del pueblo, a él no le gusta sobresalir ni en fotos. Es feliz viviendo en su rancho con sus vacas y caballos. Siempre le digo que su acento es como el de Fidel Castro.

También platiqué con Menonitas, porque ahí vive una colonia grande, es común que, entre las calles de Bacalar, ver las carretas con esos hombres blancos, altos, de sombrero, camisas de cuadros y overol, junto a sus mujeres con vestidos largos color negro o morado o azul oscuros; son muy tranquilos, por lo regular se dedican a vender verduras que cultivan en sus tierras.

En mi “puesto” de libros, conocí a la pareja de Lety y Alfonso Ávila, son unos señores que trabajan en la construcción del Tren Maya, (en Bacalar habrá una estación), ella es de Yucatán, y él de Morelos, Alfonso viene de la vieja Izquierda, que leía marxismo y apoyaba a las guerrillas, es un hombre culto, justo se acercó a mí, para platicar de libros, asegura que tiene uno con la firma de Gabriel García Márquez.

Recuerdo cuando me invitaron a comer unos tamales yucatecos, y una bebida de cacao, que no era Pozol, más bien, me sabía al Chilate de Guerrero, fue el 14 de agosto del 2023, que para mí es un día muy especial, por una razón sentimental.

Los obreros Lety y Alfonso son de Morena, han asistido a los mítines de Claudia Sheinbaum cuando estuvo en Quintana Roo. Ellos viven en la comunidad de Buenavista, que pertenece a Bacalar. Les pregunté sobre su trabajo en el Tren Maya, están encargados de supervisar la cuestión del concreto y “colado”, que se hacen por donde pasará el Tren. No tienen horario de trabajo, hay días pesados y otros de descanso.

Lety tiene experiencia como capacitadora electoral, pues ha trabajado para el INE. Ella es muy alegre, pero directa, siempre con los pies en la tierra; en cambio, Alfonso es más soñador, por eso me identifico con él, es admirador de Emiliano Zapata, pues viene de Cuautla; dice que fue su vecino Rabin Salazar, ex senador de Morelos, y ex sub secretario de Gobernación.

Alfonso me cuenta que Lety y él, trabajan en el Tramo de Bacalar, donde laboran alrededor de 2 mil personas y a veces se incrementa conforme el avance de la obra, por lo que aproximadamente unas 5 mil familias de obreros saldrán beneficiadas.

Considera que el Tren Maya es la principal obra que se ha hecho en el México actual, desde la época del porfiriato, la cual dejará una derrama económica en todo el sureste del país y ellos como obreros están felices de contribuir con su granito de arena, para su construcción.

Dice que la gente de todos los pueblos por donde pasará el Tren está a favor de su construcción porque será un beneficio directo para ellos, a él le gusta conversar con la gente.

Sobre López Obrador, afirma que es uno de los mejores presidentes de toda la historia de México y le da gusto que él haya volteado a ver al sureste mexicano, porque con el Tren Maya todos saldrán ganando.

Lety y Alfonso, piensan vivir en Bacalar, conseguir un terreno y construir su casa, ahora sí se podría decir que “el Tren los juntó”.

Cerca de la estación del Tren Maya de Bacalar, se encuentra otra maravilla aun por descubrir para la mayoría de la gente, se trata de la zona arqueológica de Ixcabal o Ixkabal, la cual es más antigua que Uxmal y Chichen Itzá. Se ubica en terrenos de ejidatarios, quienes han estado negociando en buenos términos con el gobierno federal para que se abra al público.

Ixcabal en maya, podría significar “Entre bajos”. Son alrededor de 104 hectáreas, consta de 6 grupos arquitectónicos, 3 edificios, su construcción más alta, mide 46 metros, y la plaza tiene 300 metros de largo. Yo la he visto por fuera, ya que está cerrada al público, pero podría pensar que será igual de magnífica que Chichen Itzá. Se cree que Ixcabal tiene unos 2 mil 400 años de antigüedad.

Se tiene previsto que, quizá en marzo, el Presidente López Obrador va inaugurar ese complejo arqueológico, el cual va detonar toda esta región de Bacalar, porque ya será más fácil llegar, primero desde el nuevo aeropuerto de Tulum, que AMLO inauguró el 1 de diciembre pasado, también tienen el aeropuerto de Chetumal, entonces el turista nacional y extranjero, podrán así llegar por tren, avión y carretera.

El pasado 5 de diciembre, la doctora Beatriz Gutiérrez, presentó su “Fandango por la lectura”, precisamente en Bacalar, donde tuvo a Belice, como país invitado. Es una clara señal, de la importancia de este lugar, para que la esposa del Presidente López Obrador haya elegido ese pueblo mágico de Quintana Roo, para promover la lectura.

Quizá en un año, Bacalar tendrá más población, por eso necesario, hacer un plan de desarrollo urbano, y, sobre todo, para que tenga un enfoque cultural y no comercial, de ahí la importancia del Tren Maya que pasara por Bacalar, donde todos tendrán la oportunidad de seguir descubriendo las maravillas de los Mayas.

Durante la inauguración del aeropuerto “Felipe Carrillo Puerto”, saludé al periodista Epigmenio Ibarra, él y su equipo de reporteros, me dieron un ride al centro de Tulum, están realizando un documental sobre el Tren Maya, quizá lo terminarán en marzo próximo, indudablemente, mi querido Bacalar estará presente ahí, y ojalá como primer paso, ya lo llamemos por su nombre maya: “Bakjalal”.

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