Héctor Roberto de Mauleón Rodríguez, desde hace décadas, es empleado y subalterno de Héctor Aguilar Camín. Este sujeto, que se presume cronista y escritor, no es más que un opinólogo que trabaja para Latinus, propiedad del priísta Roberto Madrazo y para El Universal del polémico empresario Ealy Ortiz.
Pertechado en un “periodismo” de ficción que resulta más cercano a la (mala) literatura que a las investigaciones rigurosas, la labor de sujeto es asestar golpe bajos contra los enemigos de sus empleadores. Escritor de escaso talento, de Mauleón lleva sexenios dedicado a la innoble tarea de lanzar diatribas y calumnias contra los enemigos de sus amigos y patrocinadores.
En septiembre de 2022, este sujeto afirmó que elementos de la Secretaría de la Marina transportaban dinero del Cártel del Noreste para financiar la campaña política del entonces candidato de Morena a la gubernatura de Tamaulipas, Américo Villarreal.
El columnista de El Universal aseguró que su información estaba basada en supuestos cables que habría enviado Ken Salazar a la DEA, el Departamento del Tesoro, el Departamento de Justicia y la Homeland Security.
No obstante, Ken Salazar negó que los supuestos documentos confidenciales en que se basó De Mauleón pertenecieran al gobierno de su país. El empleado de Roberto Madrazo ha sido catalogado como un mentiroso que escoge historias, las falsea y, a sabiendas de que son burdos embustes, las presenta como verdaderas.
En enero de 2020, De Mauleón inventó la historia de una niña con cáncer, a quien, de acuerdo con él, el sistema mexicano de salud la había abandonó. El empleado de Ely Ortiz aseguró que, debido al supuesto abandono, el padre de la menor la habría llevado a Suiza para que fuese atendida. Sin embargo, para tragedia de Héctor de Mauleón, la misma doctora que atendió a la niña le envió una carta al Presidente donde desmontaba la mentira del colaborador de Nexos.
Pero, aparte de mentiroso y calumniador, De Mauleón es un chayotero. A finales de 2015, por ejemplo, la administración de Miguel Ángel Mancera dio un contrato por adjudicación directa a la empresa Nexos, Sociedad, Ciencia y Literatura, S.A. de C.V., propiedad de Héctor Aguilar Camín.
El pretexto fue implementar unas supuestas “estrategias para comprender y disfrutar la lectura”. Curiosamente, entre los libros que el gobierno de Mancera quiso imponer figuraban cuatro libros de Héctor de Mauleón: “El derrumbe de los ídolos”, “La ciudad que nos inventa”, “Ángel de Campo” e “Historias de verdad y de Mentiras”. En el contrato SEDU/SER/041/2015, se puede observar que estos dos millones 496 mil 975 pesos fueron pagados a la empresa de Aguilar Camín por un servicio inasible y auténticamente ridículo: hacer “más libres, más exitosos y más felices” a los lectores. Y ése es, en términos generales, el “periodista” que hoy publica otro más de sus episodios de ficción calumniadora: “Maletas de dinero y desvíos del bienestar”.
