¿Qué tan excéntrica y demencial es la aparentemente insulsa e inútil vocación aeroespacial y viajera de Elon Musk? Para los que no saben quién es ese señor originario de Sudáfrica, baste saber que su riqueza lo ubica en la primera posición (01/06/23) entre los más ricos del mundo. Sus intereses están detrás de Tesla Motors, Spacex, la empresa de exploración espacial, y recientemente X, lo que antes era Twitter.
Acontece que existe una pieza de oro, platino y otros metales valiosos, misma que técnicamente es un asteroide (Psyche 16) que se ubica un poco lejos de nosotros, a 370 millones de kilómetros (a tres unidades astronómicas de la tierra, es decir, a tres veces la distancia de la tierra al sol), formando parte del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Elon, con su empresa, y la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio) tienen un proyecto para hacerle una visita a dicha pieza sideral, conocerla más de cerca y, para decirlo diplomáticamente, evaluarla en los próximos años.
El descubridor de este cuerpo -y varios otros- fue el astrónomo y matemático italiano Annibale de Gasparis en 1852. La singularidad de este esteroide es que únicamente está compuesto por metales, sin componentes rocosos, de modo que tal condición es de interés científico dado que representa las partes remanentes más interiores de un núcleo planetario primigenio.
Al respecto, y para conocer algunos conceptos relativos a los sistemas galácticos y la formación de los asteroides en el universo, así como su impacto en nuestro planeta, quizá valga la pena consultar
Con el desarrollo de la tecnología de propulsión (en materiales y combustible), óptica y de imagen, de escaneo o prueba de espectrometría, etc., luego del impulso dado por la segunda guerra mundial y la necesidad de ser el primero en la carrera espacial por llegar a la luna, se iniciaron los viajes de sondas espaciales a varios planetas y hacia los más remotos confines del sistema solar a los que fuera posible llevar un dispositivo de exploración, se llegó a conocer un poco más el asteroide Psyche 16.
Este asteroide tiene una dimensión estimada de 220-280 kilómetros de diámetro, y como ya se mencionó, por su composición, parece corresponder al núcleo de un protoplaneta por lo que su valía radica en que, aunque distante, aparece muy atractivo para conocerlo y estudiarlo, haciéndolo más asequible que sondear el mismo núcleo terrestre (cosa imposible). El otro interés es la riqueza o valor económico de sus componentes: oeo y platino, además de hierro, níquel y otros metales de alta densidad.
El movimiento exploratorio planeado para concretarse en 2026 entre las dos empresas en sociedad marca la nueva dirección en la búsqueda de riquezas: la minería espacial. Esta nueva actividad ha tenido sus primeros esbozos al momento en que EE.UU.AA. alunizó en julio de 1969 y realizó varias campañas posteriores con el fin de sondear y muestrear la Luna. De una década para acá, otros países (China e India principalmente) han iniciado sus procedimientos exploratorios en nuestro satélite con el mismo objetivo: posicionarse en la superficie lunar y escanearla para sentar precedente histórico de interés en el sitio y en el futuro delinear sus cotos, tal como se da en la Antártida, llegado el momento de la repartición de las zonas de exclusividad.
Psyche 16 ha sido sometido a varias valuaciones o estimaciones de su riqueza mineral, misma que se estima en 10 mil cuatrillones de dólares o 70 mil veces la economía global. Esta es una manifestación de los fundamentos de la auténtica carrera espacial en forma.
