Continúa emanando suciedad de la UNAM. Con el aval del rector Enrique Graue y del secretario general, Leonardo Lomelí, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) recibió más de 11 millones de pesos por alimentar la estrategia social de posicionamiento del fallido NAIM o NAICM.
“Aunque fue un absoluto fracaso y un fraude millonario, la casta dorada de la UNAM estuvo metida hasta el cuello en el jugoso negocio del NAICM”, asegura una fuente que participó en el estudio llamado “Análisis retrospectivo y prospectivo de la opinión pública 2014-2015”.
Nuestra fuente, quien formó parte de los estudios que la UNAM realizó a favor del NAIM o NAICM, asegura: “Y Graue, que es un tipo corrupto hasta la médula, nunca fue ajeno a esos negocios. Todo lo contrario: si hubiera que describirlo de alguna forma, yo diría que es el jefe de jefes”.
De acuerdo con esta versión, “el propio Leonardo Lomelí Vanegas fue quien ordenó a María Angélica Cuéllar Vázquez, entonces directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, firmar el contrato de prestación de servicios con el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México”.
Al revisar el contrato plurianual de Prestación de Servicios número ITP-AS-DCAGI-SC-091-16, fechado el 23 de diciembre de 2016, pudo constatarse que la UNAM realizó un “Servicio de Estrategia de Investigación de la Satisfacción ciudadana y el ánimo social del NAICM)”.
Sin embargo, “nunca se trató de evaluar si la población estaba de acuerdo o no con la construcción del del NAICM. La verdad es que, en el fondo, su objetivo fue alimentar una estrategia de posicionamiento favorable a la construcción del aeropuerto de Texcoco”, nos aseguran.
De hecho, en los anexos al Primer Convenio Modificatorio al contrato No. ITP-AS-DCAGI-SC-091-16, con número de registro UNAM: 47126-3396-15-X11-1811, se puede observar que la UNAM se obliga a robustecer la estrategia de posicionamiento del fallido aeropuerto de Texcoco.
Y por “Alimentar esta estrategia de posicionamiento y valoración positiva del NAICM en su zona de influencia”, la UNAM, a través de la FCPyS, recibió dos primeros pagos por 75 mil pesos.
Sin embargo, cuatro meses después, el 24 de mayo de 2017, vino un extraño convenio modificatorio. En un documento firmado por Leonardo Lomelí, que en ese acto fungía como representante de Enrique Graue, las cifras que cobró la UNAM se elevaron meteóricamente.
En ese momento, ya no fueron 75 mil pesos por trabajo, sino 3 millones 680 mil pesos por cada “producto” que la UNAM le entregó al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México. Y no fue una entrega, sino tres. Es decir: la FCPyS recibió 11 millones 40 mil pesos.
“Lo más infame del asunto es que la burocracia dorada, sabiendo perfectamente que el aeropuerto de Texcoco era rechazado por la población, nos obligó a torcer las encuestas de aceptabilidad”, reconoce nuestra fuente.
Y concluye: “Y mucho ojo, que no se nos olvide que Angélica Cuéllar Vázquez, la exdirectora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, que aceptó este montaje, es muy cercana a Lorenzo Córdova Vianello y, de hecho, es una de las favoritas para sustituir a Graue en la rectoría”.
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