Néstor Martínez Cristo, director General de Comunicación Social de la UNAM, ya acusó de recibido nuestro reportaje que señalaba los más de 23 mdp que esa casa de estudios ha pagado a La Crónica De Hoy y El Universal. No lo niega. Al contrario: vea cómo responde.
Los “argumentos” de Martínez Cristo comienzan diciendo que soy un “pseudoperiodista”. Acto seguido, el burócrata afirma que los espacios donde han aparecido mis reportajes y columnas (@LDatosduros, Paralelo24, @_VicenteSerrano y @diariobasta) somos “medios de muy dudosa reputación”.
Luego acusa, con desparpajo, que encabezo “una campaña que busca ensuciar la imagen de la Universidad Nacional, bajo el pretexto de informar, cuando en realidad lo que deliberadamente busca es confundir y desinformar a través de la manipulación de datos, cifras y hechos”.
Y todas esas descalificaciones previas para decir que “ahora mismo circula en la red una versión en la que se hace referencia al gasto en publicidad realizado por la Dirección General de Comunicación Social, el cual es distorsionado con mala fe”. Sí, “mala fe”.
A Martínez Cristo y a la Dirección de Comunicación de la UNAM les parece que mis reportajes, basados en reportar hechos, testimonios y documentos, tienen una “mala fe”. Los más de 22 mdp que pagó la DGCS de la UNAM no fue doloso, pero sí mi serie de reportajes.
A la Sala de Prensa de la UNAM no le parece anómalo ni de “mala fe” que la UNAM le haya pagado millones de pesos a El Universal para imprimir la Gaceta UNAM y promocionar la imagen del rector viajero (que ahora mismo está en España). Los reportajes sobre acoso sexual y laboral sí.
La respuesta de Martínez Cristo es bufonesca: “Durante décadas la UNAM ha hecho publicidad en diversos medios de comunicación masiva, electrónicos e impresos, con el propósito de informar oportunamente a su comunidad y a la sociedad sobre el quehacer cotidiano de la institución”.
Y no sólo eso. El cancerbero de Enrique Graue dice que “la impresión de la Gaceta UNAM, órgano informativo de la institución, proceso que, además de necesario, se ha realizado invariablemente de manera legal, regulada y transparente”. ¡Regulada y transparente!, dice el cínico.
Y poniendo el pecho ante las balas, remata: “Ante los vientos de desestabilización que probablemente continuarán soplando en las próximas semanas y meses, la Universidad no caerá en provocaciones y se mantendrá apegada al cumplimiento de sus programas, metas y objetivos”.
Más allá de su arrogancia, de su desfachatez y del ninguneo con el que Martínez Cristo responde, no ya a este periodista, sino a la comunidad universitaria, una cosa queda clara: la burocracia dorada de la UNAM ha querido permanecer sorda y ciega. ¡La UNAM está en crisis!
Aquí puedes ver lo que Ricardo Sevilla contestó a la UNAM y Martínez Cristo, en su programa Los Datos Duros: