Un personaje cercano a Guillermo Sheridan me asegura que el amigo de Enrique Krauze “siempre ha odiado a los alumnos y alumnas del CCH-UNAM y de la Escuela Nacional Preparatoria”. Sostiene que “Sheridan anhela que la UNAM se separare de todo lo que esté fuera de CU”
“Al cabrón de Sheridan, que es un tipo soberbio y despectivo y odiador de tiempo completo de AMLO, las Facultades de Estudios Superiores (Aragón, Acatlán, Zaragoza y Cuautitlán) le parecen míseras escuelas y dependencias de provincia”, me asegura mi fuente.
Para sustentar sus dichos, la persona me sugiere que revise un artículo titulado “La Inteligente: inercia y despertador”, escrito por Guillermo Sheridan el 31 agosto 1999, en la revista Letras Libres. Lo leo y me encuentro esas y otras propuestas demenciales de Sheridan.
Para Sheridan, “es obvio que la UNAM debería separarse de las ENEP, de los CCHs, de las FESs”. Para él se trata de simples “dependencias de provincia”. Poseído por una virulencia clasista, asegura, en efecto, que la UNAM debería separarse “de todo lo que está afuera de CU”.
Con un alarde absolutamente desdeñoso, Guillermo Sheridan propone que a la UNAM, de plano, habría que “quitarle lo de nacional y lo de México”. No conforme, sugiere “desmembrarla”. Y para rematar su locura, el virulento escritor de derecha propone “una rectoría… vitalicia”.
Y si esto no fuera suficiente, el demencial palafrenero de Enrique Krauze también le gusta referirse a la UNAM como “una gorda explotada por toda clase de proxenetas… cheguevaras ocasionales, trepadores… académicos mediocres, perezosos incontinentes” y “pandilleros desagregados”