El pescado y los mariscos siempre han formado parte de la alimentación en las familias mexicanas, desde comidas típicas de cuaresma hasta esa lata de atún que se encuentra en el fondo de la alacena. Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (2021) la pesca en México genera cerca de 162 mil empleos y el 82% de la producción pesquera se concentra en el Pacífico. Es la zona más productiva debido a un fenómeno que se da de manera extensiva a lo largo de muchos kilómetros, a diferencia del golfo de México y Caribe donde solo se da de manera localizada, en algunas partes de la península de Yucatán. Este fenómeno se denomina surgencia eólica o afloramiento: Aguas profundas y ricas en nutrientes ascienden a la superficie fertilizando el mar.
Para que un mar sea productivo, deben existir organismos fotosintéticos que sean la base de las redes tróficas. En la tierra, nosotros podemos ver los campos de cultivo que nos dan las frutas y verduras que consumimos, pero en el mar, la base no son grandes organismos fotosintéticos, sino algas microscópicas. Las algas necesitan nutrientes para generar sus tejidos, los cuales toman del agua y utilizan la luz del sol como fuente de energía, las cuales crecen de manera exponencial, agotando rápidamente los nutrientes en toda la zona donde llega la luz (zona fótica) y para que exista alta productividad, tienen que existir mecanismos que lleven de manera constante los nutrientes de aguas profundas hasta aguas superficiales en donde pueden ser aprovechados para realizar fotosíntesis.
La surgencia eólica es un fenómeno que se da cuando el viento sopla paralelo a la costa de norte a sur en las costas occidentales y de sur a norte en las costas orientales, el viento transfiere energía al océano y genera corrientes.
Lo curioso, es que la rotación de la tierra hace que el agua no se mueva en dirección del viento a lo largo de la costa, sino que se mueve hacia mar adentro, fenómeno conocido como efecto de Coriolis. Debido a que esto pasa a lo largo de muchos kilómetros, el agua que se aleja de la costa no puede ser reemplazada con agua de las zonas adyacentes, puesto que también es llevada mar adentro, por lo que agua profunda es forzada a ir hacia la superficie y reemplaza al agua desplazada.
Ilustración: Academia Internacional de Divulgación Científica
La surgencia tiene muchos efectos, en particular los efectos en los organismos son bastante importantes, ya que las aguas ricas en nutrientes que llegan a la superficie generan grandes florecimientos algales. Haciendo una analogía a lo que pasa en la tierra, serían el equivalente al crecimiento de grandes bosques, solo que sumergidos y compuestos de microorganismos que florecen y se renuevan cada año. Esto tiene como consecuencia que la base de la cadena alimenticia en el Pacífico pueda ser soporte de grandes poblaciones de peces y otros organismos superiores, proporcionando alimento y energía. Los sistemas de surgencia en el Pacífico Mexicano que se dan principalmente a lo largo de las costas de la península de Baja California y dentro del golfo de California, son los ecosistemas acuáticos más productivos que poseemos y dan sustento a grandes pesquerías como el atún y el camarón, que generan una gran cantidad empleos tanto directos como indirectos.
Si bien la surgencia es la principal fuente de nutrientes estas no son constantes y tienden a variar drásticamente siendo afectadas por muchos factores, dentro de los que podemos mencionar son las irregularidades en la línea de costa y profundidad del mar, en donde en algunas zonas propician que se generen parches estrechos y cercanos a la costa, mientras que en otras zonas son grandes filamentos que pueden adentrarse muchos kilómetros mar adentro; la intensidad y dirección del viento es otro factor que influye en las surgencias, ya que no siempre sopla con el mismo ángulo y/o intensidad; y la temperatura de las aguas en la superficie, puesto que es necesario mayor energía de parte del viento para generar surgencias si existen aguas cálidas en la superficie.
Algo que hay que mencionar es que las surgencias son estacionales, presentándose principalmente durante el invierno y primavera, cuando los vientos del noroeste son más intensos y la temperatura del agua es menor, mientras que durante el verano los vientos se revierten y una capa de agua cálida cubre la superficie, haciendo que las surgencias se debiliten. Las surgencias también son afectadas por eventos climáticos como El Niño y La Niña, en donde el primero lleva aguas cálidas hacia latitudes más altas, disminuyendo la surgencia y la productividad de las aguas en la superficie, por lo que el aumento de su frecuencia e intensidad podría amenazar la sustentabilidad de los recursos pesqueros en estas zonas y La Niña llega aguas frías, lo que promueve la surgencia y la productividad.
Si bien en el Atlántico y el Caribe se puede encontrar gran diversidad de organismos, principalmente debido a los arrecifes, no se genera tanta biomasa a lo largo del año como en el Pacífico y viceversa, las redes tróficas en el Pacífico suelen contener una menor diversidad, con mayor biomasa, lo que convierte a las zonas de surgencia en una de las mayores fuentes de recursos pesqueros que podemos aprovechar hoy en día.
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