En las últimas semanas posiblemente ha llegado a nuestros oídos la presentación de casos del virus de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP) en algunos estados de la República como Sonora, Nuevo León, Jalisco, Chiapas, Chiguahua y Estado de México. Está enfermedad se ha presentado en distintos continentes entre los que se encuentran Europa, Asía, Africa y América.
Por está razón, es de relevancia conocer el agente causal de dicha enfermedad: la cepa H5N1 del virus de Influenza. Pertenece a la familia de virus de ARN conocida como Ortomixovirus que infectan tanto a animales como a los humanos. La denominación de la cepa se designa según componentes de su estructura donde la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N) caracterizan los subtipos además de representar elementos importantes para su infectividad, propagación y en la respuesta inmune.
Se conocen casos previos de pandemia en humanos, asociados principalmente con virus del grupo A con cepas aviares (H5N1) o porcinas (H1N1), donde el contacto directo con animales (zoonosis) o ambientes infectados fue determinante para la propagación de la enfermedad. Es de destacar que estos virus no tienen la facilidad para transmitirse infección entre los mismos humanos. La cepa actual circulante se considera de bajo riesgo para el humano y no representa ningún riesgo para el consumo de productos avícolas como la carne o el huevo.
La también denominada gripe aviar es foco de atención para el comercio internacional, la sanidad y la industria avícola en general pues representa altas perdidas económicas para los productores pues, para contener su propagación se debe optar por el sacrificio de individuos tanto sanos como infectados en aquellas producciones donde se identifique. El control de la enfermedad se dificulta principalmente por el papel de las aves silvestres en la transmisión pues debido a la migración, pueden entrar en contacto con las producciones de aves de corral. Sin embargo, no hay que olvidar el papel del comercio de aves vivas y el contacto con heces o secreciones respiratorias que puedan estar presentes en superficies de equipos o en el agua contaminada que puede compartirse entre establecimientos cercanos.
Para todos los casos, la bioseguridad en las producciones representa un papel muy importante para evitar la propagación de la enfermedad. Como se menciona anteriormente, al tratarse de una cepa de alta patogenicidad puede producir signos clínicos graves (respiratorios, nerviosos y digestivos), la disminución en la producción de huevo y una alta mortalidad en las aves. Su presentación suele ser estacional a partir de septiembre y hasta febrero según los datos recuperados en los últimos años.
En nuestro país para reducir la incidencia de la enfermedad, las autoridades monitorean a las aves silvestres para el diagnostico temprano con el fin de salvaguardar la producción avícola. Es una enfermedad de reporte obligatorio para todos los involucrados en la producción y cuando se tiene el hallazgo de casos en algún estado, los laboratorios certificados deben demostrar que la granja este libre del agente para permitir la comercialización de sus productos. Debemos evitar la especulación pues hasta el momento las autoridades internacionales en materia de sanidad no han reportado casos que afecten a las poblaciones humanas. Además que el principal riesgo de exposición a posibles agentes causantes de la enfermedad en nuestra especie es de tipo ocupacional y gracias al monitoreo constante del patógeno infectante, tenemos algunas certezas como la rápida producción de vacunas ya que el agente prevalente tiene una relación cercana con los virus antes estudiados.
Asimismo, el virus es susceptible a medicamentos antivirales disponibles para la influenza estacional, no resiste a temperaturas mayores a 70ºc por lo que es nulo el riesgo cuando consumimos productos aviares sometidos a cocción. Desafortunadamente la desinformación puede culminar con el encarecimiento de los productos de origen animal y llevar a la insolvencia de nuestros productores nacionales, orillándonos a importar la cantidad suficiente de proteína animal para el abastecimiento de las demandas de nuestra población.
Por tal motivo, es recomendable estar al tanto de la situación zoosanitaria del país y evitar hacer caso a fuentes que no sean confiables en materia de salud animal y enfermedades que puedan transmitirse de animales al humano.
Fuentes:
Organización Mundial de Sanidad Animal: https://www.woah.org/es/enfermedad/influenza-aviar/
CDC: La influenza aviar H5N1 representa un riesgo bajo para el público
https://espanol.cdc.gov/flu/avianflu/spotlights/2021-2022/h5n1-low-risk-public.htm
https://dj.senasica.gob.mx/AtlasSanitario/storymaps/ia_focos.html