Noviembre del año 2022, es frecuente escuchar a las personas, (sobre todo a aquellas que tienen una edad superior a los 30 años) decir: “Cuando era niño, ya en estas fechas, debería estar haciendo frío”. Y es que es un hecho que la tendencia global respecto a la temperatura promedio, muestra un aumento gradual, pero constante, y las personas que tienen más tiempo de vida, son quienes pueden dar testimonio de lo diferente que ahora es el clima respecto a algunos años atrás.
La ciencia ha demostrado que a lo largo de la historia del planeta han existido múltiples eventos de cambio climático, como resultado de las complejas interacciones e interdependencias que se dan entre la posición del sol y la luna, atmósfera, océanos y superficie terrestre, entre otras. Sin embargo, el gran problema al que enfrentamos actualmente, es que estos cambios están ocurriendo a una mayor velocidad que los registrados en los últimos 500 mil años, vinculando este cambio abrupto con las actividades por parte del ser humano.
Se sabe que a partir de la Revolución Industrial y hasta la fecha, y como resultado de nuestras actividades de producción, consumo y desecho/emisión de sustancias resultantes de procesos de fabricación, hemos alterado la composición química de nuestra atmósfera al liberar enormes cantidades de gases de efecto invernadero, llegando a sobrepasar las capacidades que tienen la biósfera, hidrósfera, y litósfera, para recapturar e incorporar nuevamente estas sustancias.
El cambio climático es un problema muy relevante para nuestro país y para el planeta en general, ya que suma y a potencia tanto los problemas ambientales y sociales que ocurren como las consecuencias, las cuales no serán las mismas para todos los países, independientemente de cuál haya sido su contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Entre las principales, se encuentran cambios en la química del mar, productividad oceánica, desfases en las temporadas de lluvias, sequías intensas en algunas partes, inundaciones en otras, incremento en el nivel del mar y una enorme pérdida de biodiversidad.
Hoy en día, hay un tema muy sonado tanto en noticias, como redes sociales; la famosa “COP de Cambio Climático”, que es la Cumbre Anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). Este tipo de sesiones, tienen como objetivo reunir a los países que han ratificado las convenciones de las Naciones Unidas, y de manera particular, tomar decisiones conjuntas o tratar de articular el sector científico, político, económico y social para poder actuar, prevenir, mitigar y reducir los impactos que genera el cambio climático.
Desde su primera edición en 1995, éstas reuniones han tenido como resultado, la generación de instrumentos para tratar de combatir la crisis climática que se enfrenta y en 2015, se pudo concretar “El Acuerdo de París”, un acuerdo global para intentar reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, cuyo objetivo es limitar el calentamiento global por debajo de los 2ºC, ya que, de acuerdo a los informes de la comunidad científica, nuestro planeta ya se ha calentado 1ºC por encima de los niveles preindustriales (alrededor del año 1830).
Este año, los jefes de estado, ministros y negociadores, junto con activistas climáticos, representantes de la sociedad civil, y tomadores de decisiones, se reunieron del 6 al 18 de noviembre en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheij para discutir, proponer y planificar medidas necesarias para hacer frente a la emergencia climática que estamos viviendo. Entre algunas de las medidas y objetivos de estas reuniones, se encuentran: la reducción urgente de emisiones de gases de efecto invernadero, el fortalecimiento de la resiliencia y adaptación ante los embates que cada vez son más frecuentes en diversas partes del mundo, así como el diseño e implementación de mecanismos para ejercer una adecuada acción climática por parte de los países que mas emisiones de gases de efecto invernadero liberan.
No obstante, un informe publicado por la ONU, semanas antes de la COP 27, muestra que los esfuerzos aún no son suficientes, para poder limitar el aumento de la temperatura mundial a 1.5ºC para finales de siglo, además, recalce el informe que solo 24 de los 194 países miembro, realmente han presentado planes nacionales más estrictos y bien instrumentados. Debido a esto, para poder lidiar con estos efectos del cambio climático, se requiere de una estrategia integral de desarrollo sostenible, mediante la cual, a partir de la ciencia, se informe y condicionen las actividades de todos los sectores del gobierno, economía, y sociedad, a fin de que actúen en conjunto, con una visión y misión compartidas, para así crear sinergias y no perder esta lucha por salvar nuestro planeta.
Fuentes:
https://www.un.org/es/climatechange/cop27
https://www.ncdc.noaa.gov/sotc/global/202113
https://earthobservatory.nasa.gov/world-of-change/global-temperatures