En algún momento de nuestra vida, todos nos hemos preguntado cómo surgen y para qué sirven los colores que observamos en la naturaleza. Cuando pensamos en la diversidad en los patrones de coloración de los animales quizá lo primero que se nos venga a la mente sean las manchas de un jaguar, las plumas de un quetzal, las escamas de una lagartija e incluso el pelaje de nuestras mascotas. Aunque pueda parecer una característica meramente estética, los colores tienen un papel indispensable en la interacción de los animales con el ambiente. Estos pueden originarse de dos maneras, principalmente:
- Depósito de pigmentos: Los más estudiados son los carotenoides (generan colores amarillos a rojos brillantes) y la melanina (colores oscuros, cafés y grises). Sin embargo, hay otras fuentes como las pteridinas (naranjas, blancos, amarillos y rojos) y porfirinas (rojo y azul).
- Estructural: Derivado de estructuras cristalinas que reflejan la luz como la purina, la quitina, la queratina o el colágeno) y dan colores azul, violeta, ultravioleta e iridiscentes.
Los colores sirven para defenderse o disminuir el efecto de los depredadores así como para el camuflaje, en el cual los animales se asemejan al medio en el cual se encuentran (como los cambios en la piel de los camaleones o los pulpos). Otra forma de usar el color es para persuadir a los depredadores de que un animal es tóxico y no debe de consumirse (aposematismo), como las ranas dardo o las mariposas monarca). Algunas especies inofensivas pueden usar el mimetismo al adoptar patrones de coloración o comportamiento de otras especies que sí son venenosas, como es el caso de la serpiente falsa coralillo.
El color también tiene un papel importante en la selección sexual, ya que permite la elección de una pareja gracias a coloraciones vistosas que pueden ser un indicador del estado general de un individuo e incluso puede ser una señal para evitar conflictos entre machos de la misma especie por la defensa de un territorio. Incluso ayuda a mejorar la capacidad de regular la temperatura corporal con colores que absorban mejor la luz como en algunos reptiles.
La forma en que nosotros percibimos sus colores no es la misma en que lo hacen los animales, ya que depende del tipo y cantidad de células (conos y bastones) que tengan en sus ojos. Los conos permiten identificar a los colores y permiten la clasificación de la visión en monocromática (como los peces y los delfines), dicromática (como los gatos y perros), tricromática (como los humanos) y tetracromática (como algunas aves). El tipo y la cantidad de estas células fotorreceptoras dependerá en gran medida de los hábitos que tenga cada especie.
El estudio de la coloración en los últimos años se ha centrado en comprender cómo y por qué se favorece la presencia de determinados patrones. Pero…quizá te preguntes ¿Esto para qué me sirve?, el conocimiento generado con las investigaciones se aplica a la mejora de nuestra calidad de vida en aspectos como la elaboración de cosméticos, textiles, pinturas, la percepción de los colores en las pantallas, en la elaboración de ropa e incluso en tecnología militar.
Sin embargo, éstas a su vez pueden influir de manera negativa en la generación del color de nuestras especies por la modificación del hábitat, la generación de contaminación lumínica y el cambio climático, como es el caso del cernícalo americano en el cual al ingerir menos comida (como insectos, frutos, flores), disminuye la intensidad de las manchas amarillas haciendo que sea menos atractivo para las hembras, lo cual puede poner en peligro a esta especie.
Otro ejemplo es el de algunos murciélagos, aves e insectos en los cuales la exposición a la luz artificial durante la noche hace que se comporten diferente y que sean más vulnerables a sus depredadores. Incluso los colores que usamos en nuestras prendas durante una caminata en el bosque pueden modificar las conductas de los animales silvestres en su ambiente.
Al tener mejor conocimiento de los animales y la naturaleza es más fácil que comprendamos cómo es que nuestras acciones del día a día afectan a las otras especies con las que compartimos el planeta y que así podamos mitigar de forma importante los cambios en la percepción del color y sus efectos negativos en ellas.
Referencias:
Koneru M and Caro T (2022) Animal Coloration in the Anthropocene. Front. Ecol. Evol. 10:857317. doi: 10.3389/fevo.2022.857317
Fondren, A., Swierk, L., & Putman, B. J. (2019). Clothing color mediates lizard responses to humans in a tropical forest. Biotropica. doi:10.1111/btp.12744