Hoy, en la conferencia de prensa matutina, Ricardo Sheffield Padilla titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), explicó la realidad de los sobrecargos de Aeroméxico y las quejas sobre sus vuelos retrasados en el Aeropuerto de la Ciudad de México (AICM).
La aerolínea Aeroméxico, al igual que todas las líneas áreas nacionales y extranjeras, pertenecen a Conciliaexprés que es un servicio de conciliación inmediata que proporciona la PROFECO para llegar a acuerdos inmediatos con los proveedores ante bienes y servicios adquiridos.
El titular de la Procuraduría Federal del Consumidor mencionó que la temática es realizar una llamada tripartita entre un funcionario de PROFECO, el consumidor y un representante legal de la línea aérea.
Se señaló que, se resuelven en menos de 15 minutos y la llamada puede hacerse desde su propio celular en la sala de espera; además que, se ha venido mejorando en esta semana que cerró, se está por debajo de una hora. De igual manera que, subió por la temporada vacacional, los vuelos van prácticamente al 100 por ciento, que incluso, aumentan vuelos a distintos destinos.
Sheffield, señaló que a la línea aérea “le encanta” atribuirle la culpa al aeropuerto y, de paso, al Gobierno Federal, pero la realidad es que ha sido muy común en Aeroméxico que llegue incompleto el equipo que opera la aeronave. Entonces, cuando falta alguna sobrecargo o un sobrecargo en la mañana, se tienen que esperar a que alguien lo supla y eso es lo que ha causado una gran cantidad de retrasos.
Indicó que, por fuentes que quieren mantener el anonimato, el gremio de sobrecargos en Aeroméxico no tiene un ambiente muy sano desde que Mexicana de Aviación detuvo sus labores. Aeroméxico prácticamente compró el silencio de los sobrecargos al darles trabajo, el mismo que, “se les quitó a la mala, pero con mucho menos paga y con un contrato colectivo a modo”, señaló el propio Sheffield.
Aeroméxico, celebró contratos colectivos a conveniencia y es un hecho que el cansancio en los sobrecargos se refleja en su salud (independientemente si se enferman de COVID), pues dentro del ambiente de los sobrecargos, existen infinidad de enfermedades crónicas, propias de un tripulante especializado.
Continúo señalando que, contrataron a sobrecargos que, ya estaban jubilados o a punto de jubilarse y, encima de ello, los sobrecargos hacen idas y vueltas en vuelos de largo alcance o internacionales de varias horas, esto, dicho por los mismos sobrecargos que prefieren mantener su identidad en secreto por aquello de las represalias.
