Sexado de espermatozoides: ¿Realidad o mito? - Paralelo24 Skip to main content

Cuando una persona anuncia que está embarazada, una de las preguntas más comunes es: “¿Será niño o niña?”

La curiosidad por conocer el sexo de un bebé antes de su nacimiento es una inquietud humana muy antigua ya que muchas culturas han deseado influir en el sexo de la descendencia.

Lo anterior en ocasiones con motivos prácticos o sociales. Por ejemplo, en el pasado, se valoraba más a los varones por razones de herencia o linaje, mientras que en la ganadería moderna se prefieren hembras debido a su capacidad para producir leche o facilitar el parto (Espinosa-Cervantes y Córdova-Izquierdo, 2013).

Pero ¿es posible elegir el sexo de una cría? Y si lo es, ¿qué tan efectivo es?

A lo largo de la historia, han surgido numerosos mitos sobre cómo influir en el sexo de un bebé. Algunos creen que comer carne roja o alimentos salados aumenta las probabilidades de tener un niño, mientras que consumir dulces o concebir durante la luna llena podría favorecer a las niñas (Shettles y Rorvik, 2006).

Aunque estas ideas son creativas, carecen de respaldo científico. Sin embargo, con los avances en biología y tecnología, se han desarrollado métodos más sofisticados para intentar seleccionar el sexo, especialmente en animales de interés comercial.

Primero debemos de recordar que en el caso de los mamíferos, la clave para la determinación del sexo de una cría está determinado por los cromosomas que hereda del espermatozoide del padre. Los espermatozoides pueden portar un cromosoma X o Y.

Si el ovocito es fecundado por un espermatozoide con cromosoma X, la cría será hembra (XX), mientras que si el cromosoma es Y, será macho (XY). Curiosamente, los espermatozoides con cromosoma X tienden a ser ligeramente más grandes, más pesados y contienen entre un 3 y 4 % más ADN que los espermatozoides con cromosoma Y.

Con base en estas diferencias genéticas, se han explorado formas de separar los espermatozoides según el cromosoma que portan para aumentar las probabilidades de tener crías de un sexo específico.

Métodos de separación: ciencia en acción

Uno de los métodos más simples es el conocido como “swim-up” o separación por motilidad. Este procedimiento aprovecha que los espermatozoides portadores del cromosoma X, al ser más grandes, se mueven de manera distinta en medios con densidades variables. Se crea un gradiente de azúcares u otras sustancias, y los espermatozoides más pesados (X) tienden a acumularse en el fondo, mientras que los más ligeros (Y) se quedan en las capas superiores. Aunque es una técnica accesible, su eficacia no es del 100 %

(Fig. 1). Figura 1. Separación de los espermatozoides por diferencias en su movimiento.

Otro método interesante es el uso de medios con niveles de acidez específicos. Algunos estudios han demostrado que ambientes más ácidos pueden aumentar el número de machos en ciertas especies, como conejos y hámsters. Sin embargo, estos resultados no son consistentes en todas las especies y requieren más investigación (He et al., 2022).

Otra alternativa para separar espermatozoides X e Y se basa en los métodos inmunológicos.

Estas técnicas buscan identificar diferencias en las proteínas que recubren la superficie de los espermatozoides portadores del cromosoma X o Y y emplear anticuerpos para marcarlos y separarlos.

Aunque esta idea suena prometedora, ha enfrentado diversos retos en su aplicación práctica ya que la dificultad radica en encontrar proteínas exclusivas de los espermatozoides X o Y, para desarrollar anticuerpos específicos para cada tipo. Sin embargo, hasta la fecha, no se han identificado marcadores completamente exclusivos.

Por ejemplo, el antígeno H-Y, que inicialmente se propuso como marcador del espermatozoide portador del cromosoma Y, también aparece en algunos espermatozoides X, lo que limita su utilidad (Yadav et al., 2017).

El método más avanzado y eficaz hasta la fecha es la citometría de flujo. Este procedimiento utiliza un colorante fluorescente que se une al ADN (Pozdyshev, Kombarova y Muronetz, 2023). Como los espermatozoides con cromosoma X tienen más ADN, absorben más colorante y emiten una fluorescencia más intensa al pasar por un láser (Fig. 2).

Esto permite separar con gran precisión los espermatozoides X de los Y. Aunque esta técnica tiene un alto grado de éxito, también es costosa y requiere equipos especializados.

Figura 2. Fundamento del citómetro de flujo. De SariSabban – Sabban, Sari (2011) Development of an in vitro model system for studying the interaction of Equus caballus IgE with its high- affinity FcεRI receptor (PhD thesis), The University of Sheffield, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=18139883

Un enfoque más reciente y prometedor utiliza nanopartículas magnéticas.

Estas partículas tienen afinidad por los espermatozoides portadores del cromosoma Y, que se adhieren a ellas. Luego, un campo electromagnético separa estos espermatozoides del resto, dejando a los portadores del cromosoma X suspendidos en el medio (Fig. 3).

Aunque aún se encuentra en etapas de desarrollo, esta técnica podría ser una alternativa viable en el futuro (Neculai-Valeanu y Ariton, 2020).

Figura 3. Separación de espermatozoides empleando nanopartículas.

A pesar de que los métodos científicos para el sexado de espermatozoides han avanzado significativamente, ninguno garantiza una eficacia del 100 %.

Lo anterior debido al proceso de separación y también al procesamiento que tienen las muestras. Ya sea que se empleara un marcador o colorante para la célula, se le aplicara un láser o un campo magnético la motilidad de los espermatozoides a menudo se ve comprometida.

Aunado a lo anterior, la mayoría de los gametos obtenidos no se usan al momento de sexarlos, y son sometidos a procesos de congelado y descongelado que comprometen la calidad de las mismas.

Sin embargo, estos procedimientos ya tienen aplicaciones prácticas, especialmente en la ganadería, donde seleccionar el sexo de las crías puede tener importantes beneficios económicos. Por ejemplo, en vacas lecheras, se prefieren hembras por su capacidad de producir leche, mientras que en porcinos, elegir machos puede evitar los costos asociados con la castración.

En los seres humanos, la selección del sexo de un bebé plantea dilemas éticos. Aunque algunas técnicas se emplean en casos de enfermedades genéticas ligadas al sexo, el uso de estos métodos con fines no médicos sigue siendo un tema controvertido.

Si bien aún estamos lejos de garantizar resultados exactos, estos métodos nos acercan a entender y manipular el proceso más fundamental para mantener la continuidad de las especies: la reproducción.

Literatura citada:

Espinosa-Cervantes, R., & Córdova-Izquierdo, A. (2013). Sexing sperm of domestic animals. Tropical animal health and production, 45(1), 1–8. https://doi.org/10.1007/s11250-012-0215-0

He, Q., Huang, M., Cao, X., Zhang, K., Liu, J., & Quan, F. (2022). Advancements in mammalian X and Y sperm differences and sex control technology. Zygote (Cambridge, England), 30(4), 423–430. https://doi.org/10.1017/S0967199421000939

Neculai-Valeanu, A.-S., & Ariton, A. M. (2021). Game-Changing Approaches in Sperm Sex-Sorting: Microfluidics and Nanotechnology. Animals, 11(4), 1182. https://doi.org/10.3390/ani11041182

Pozdyshev, D.V., Kombarova, N.A. & Muronetz, V.I. Biochemical Features of X or Y Chromosome-Bearing Spermatozoa for Sperm Sexing. Biochemistry Moscow 88, 655–666 (2023). https://doi-org.pbidi.unam.mx:2443/10.1134/S0006297923050085

Shettles LB, Rorvik DM (2006) How to choose the sex of your baby: the method best supported by scientific evidence. Harmony Books, New York.

Yadav, S. K., Gangwar, D. K., Singh, J., Tikadar, C. K., Khanna, V. V., Saini, S., Dholpuria, S., Palta, P., Manik, R. S., Singh, M. K., & Singla, S. K. (2017). An immunological approach of sperm sexing and different methods for identification of X- and Y-chromosome bearing sperm. Veterinary world, 10(5), 498–504. https://doi.org/10.14202/vetworld.2017.498-504

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