Memoria en la Alta Milpa: Abigael Bohórquez (1936-1995) es ahora un teatro - Paralelo24 Skip to main content

Antes poeta incómodo y escasamente leído “Erase que se hizo un día un niño abigael, y se encontró de pronto en un camino real con un niño viejísimo, los dos se llamaban igual, sólo que uno venía, cibori, morrito, buqui, chichí,y el otro ya se iba, betarro, ruquérrimo ¿a quién le ibas?¿a quién ya no le vas?…” ABIGAEL BOHÓRQUEZ (del libro Abigaeles-Poeníñimos)

El pasado 29 de noviembre fue nombrado el teatro de la Faro Milpa Alta-Miacatlán, con el título de “Abigael Bohórquez”.

Este reconocimiento póstumo al poeta nacido en Caborca, Sonora, en 1936 se une a la designada Casa de la Cultura Abigael Bohórquez, en su estado natal, espacio inaugurado en 1995, fecha de fallecimiento del autor de Poesida. La Casa de la Cultura Abigael Bohórquez, de Caborca, reúne diversos eventos culturales y cívicos en el interior donde destacan los murales de Nereo Galileo De La Peña en varias paredes en el complejo.

Hay conferencias, exposiciones, representaciones escénicas y diversos talleres como pintura, guitarra, incluso tahitiano y Tae-Kwon-Do pero nada de talleres literarios ni de poesía, siendo el homenajeado con el habitáculo un poeta de versos perversos y lingüísticamente variado.

Abigael Bohórquez se instaló en la capital del país en 1962. Estuvo casi treinta años trabajando en la burocracia cultural que no le reconoció en su momento tanto su obra poética ni su trabajo de promotor literario.

Regresó a Sonora a principios de los años noventa, donde comenzarían a validarle su trabajo y su obra con reconocimientos y premios, mismos que gozaría por unos cuantos años pues moriría repentinamente en la llanura pápaga en 1995.

Por su vida en la CDMX y con el objetivo de reconocer a una de las voces más relevantes en la vida cultural de Milpa Alta, que fue donde vivió y se identificó con la comunidad, “el poeta del norte” como se le conocía, en la Fábrica de Artes y Oficios (Faro) Milpa Alta~Miacatlán fue develada la placa que da nombre al Teatro Abigael Bohórquez en honor al dramaturgo sonorense.

El espacio escénico evoca la labor cultural comunitaria que realizó el poeta y dramaturgo originario de Sonora, quien compartió su pasión por la poesía coral en Milpa Alta, donde formó varias generaciones de alumnos.

A decir de su biógrafo y estudioso de su obra, el investigador Gerardo Bustamante Bermúdez, en Milpa Alta y Chalco se formaron generaciones de estudiantes en el área de poesía coral.

“Bohórquez fue iniciador del trabajo artístico colectivo comunitario mucho antes de que hubieran casas de cultura en los pueblos y barrios originarios y de que existieran las Fábricas de Artes y Oficios (Faros)”, dijo Gerardo Bustamante. Por consiguiente, el que este espacio lleve su nombre, continuó, “es un acto de justicia que pidió la comunidad, la cual se movilizó para que las autoridades culturales voltearan a ver a ese hijo adoptivo y reclamar su nombre para que quede atado a Milpa Alta”.

Celic Aimee Jiménez, líder coordinador de Proyectos de la Faro Milpa Alta~Miacatlán, recordó que fue hace un año cuando por iniciativa del tallerista de “Teatro texto” Gabriel Ortega, se impulsó la designación del antes auditorio ahora teatro Abigael Bohórquez, debido a que cumple con los criterios básicos para brindar posibilidades escénicas más allá de un auditorio.

El acto protocolario también contó con la participación audiovisual de Porfirio Miguel Hernández, del Grupo de Estudios Literarios de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, quien recordó el reconocimiento literario que logró Bohórquez con su obra póstuma Poesida (1996) en la que a través de 14 poemas de verso libre se reúnen sus reflexiones sobre la devastación que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida), así como la estigmatización hacia los hombres sexualmente diversos. Este libro es de los más leídos entre la comunidad que conforman los lectores de poesía.

Por su parte, el productor Arturo Lorca compartió la manera en que conoció a Bohórquez en sus inicios como actor durante su estancia en el Organismo de Promoción Internacional de Cultura de la Secretaría de Relaciones Exteriores (OPIC), a quien describió como un estudioso de las costumbres y tradiciones, y un apasionado de Milpa Alta, espacio que lo cobijó a falta de la valoración de su obra y la experimentación de diversos actos de censura que lo llevaron a convertirse en un promotor cultural en Milpa Alta y Chalco y a homenajear la zona con el libro Memoria en la Alta Milpa (1975).

El Teatro Abigael Bohórquez recibió con su nuevo nombre a las alumnas del Taller de Expresión Corporal de la maestra Rocío Olivares Pilón, quienes compartieron la pieza coreográfica “Nuestra Luz”, que reflexiona sobre las tradiciones de Milpa Alta, en un ambiente de aroma a copal que evocó fragmentos de la vida cotidiana de las mujeres en el hogar.

Asimismo, el teatro inició actividades con la proyección del documental “Abigael Bohórquez… tu nombre casi angustia”, realizado por su biógrafo, escritor y crítico literario Gerardo Bustamante Bermúdez, quien comparte diversas entrevistas con algunos de los alumnos de Bohórquez y hace un recuento de la vida y obra del dramaturgo autor de Acta de confirmación (1966), Las amarras terrestres (1969), Memoria en la alta milpa (1975) y Digo lo que amo (1976), entre otros libros.

El poeta vivió en la Alcaldía Milpa Alta por varios años durante la década de los 70, donde recibió a escritores como José Revueltas y Efraín Huerta, entre otros. Inspirado en la contemplación del paisaje y vegetación de la geografía de este espacio, escribió poemas como “Panorámica de Milpa Alta”, “Vista del Teuhtli” y “Parroquia de la Asunción”, en los que describe la belleza del campo, el bosque y la vida tranquila y humilde que llevan los habitantes de esta zona.

Esperemos que este homenaje sea una reactivación para rescatar y promover su obra poética y no caiga en los tantos nombramientos oficiales de poetas convertidos en callejuelas, como sucede con la “Alejandro Aura”, en cuya placa alusiva apenas se distingue entre el óxido y a herrumbre. Justo esa mínima calle desemboca frente a la Faro de Oriente, que en su explanada exhibe a la desocupada librería “Eusebio Ruvalcaba”, misma que autoridades del Fondo de Cultura Económica decidieron cerrar.

Al menos el nombre del poeta se volverá recurrente, pues Abigael Bohórquez fue un autor incómodo para el sistema y la sociedad de la época ya que fue una persona que vivió a contracorriente de los discursos oficiales tanto políticos como intelectuales y, desde luego, amoroso-sexuales.

Fue un poeta alejado de camarillas literarias pero tuvo amistad con destacados escritores como Carlos Pellicer, José Revueltas, Efraín Huerta, Margarita Michelena, Jesús Arellano y Miguel Guardia, entre otros.

La Faro Milpa Alta~Miacatlán se encuentra ubicada en Simón Bolívar s/n entre Avenida del Comercio y Tepetlapa, San Jerónimo Miacatlán, Alcaldía Milpa Alta.

Leave a Reply