Descubriendo la Magia de Naolinco: Un Viaje a un Pueblo Encantado - Paralelo24 Skip to main content

El nuevo Pueblo Mágico de Veracruz, donde la arquitectura colonial y la belleza natural se entrelazan.

Hoy amanecí con ganas de aventura y decidí visitar Naolinco, el nuevo y espectacular Pueblo Mágico de Veracruz. Desde que salí de Xalapa, a solo 45 kilómetros al sureste, pude sentir la magia en el ambiente.

¡Qué espectáculo me ha parecido todo aquel verdor! “Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas”, decía el poeta Federico Garcí­a Lorca.

El camino serpenteaba entre montañas cubiertas de un verde exuberante, con neblina que se arremolinaba entre los árboles, dándole un toque misterioso al paisaje.

Al llegar al centro de Naolinco, quedé maravillado por su arquitectura colonial bien conservada. Las calles empedradas con roca volcánica y las casas pintorescas con fachadas coloridas y balcones de hierro forjado le dan al pueblo un encanto único.

Caminé por la Plaza de Armas, admirando la fuente de piedra y el Salón Hidalgo, donde se llevan a cabo eventos culturales.

En la zona de productos artesanales, no pude resistir la tentación de probar los dulces típicos y el pan recién horneado. Uno de los principales atractivos de Naolinco es su producción de calzado, textiles y arte en barro blanco.

Me quedé maravillado al visitar el Corredor comercial de calzado, que inicia en el centro de la ciudad. ¡Qué habilidad tienen nuestros artesanos locales! No pude resistir la tentación de comprar calzado y una chamarra de piel.

También tuve la oportunidad de visitar un taller de máscaras y, en otra tienda,compré unas hermosas piezas de barro blanco como recuerdo de mi visita.

Mientras caminaba por las calles empedradas de Naolinco, el aire fresco me envolvía, impregnado de aromas a hierbas y especias.

Al llegar a la botica “La Purísima”, un lugar que parece detenido en el tiempo, me sentí como un viajero en un mundo donde la tradición y la medicina se entrelazan.

Al cruzar el umbral, mis ojos se encontraron con estantes repletos de frascos de vidrio, cada uno con etiquetas manuscritas que narraban historias de curaciones y remedios ancestrales.

La luz tenue resaltaba los detalles de los instrumentos: morteros desgastados por el uso, pipetas alineadas con precisión y libros antiguos que guardan secretos de la farmacología. Me detuve a admirar un tarro que contenía una mezcla de hierbas secas; su fragancia era un recordatorio del conocimiento herbolario que aún perdura. ¡Qué espectáculo tan fascinante!

Pero Naolinco no solo destaca por su arquitectura, artesanías y su botica, sino también por su belleza natural. Subí al mirador para disfrutar de las vistas panorámicas del pueblo, con sus casas de colores y la neblina envolviéndolo todo en un manto etéreo.

Luego, me dirigí al Mirador de las Cascadas, también conocido como “Balcón de la Muerte”, donde pude admirar la caída de agua y la imponente Sierra Madre Oriental.

Al caer la tarde, me sumergí en la cultura local probando las enmoladas con longaniza, un platillo típico de la región.

Para terminar el día con un toque dulce, no pude resistir el helado de berenjena, una especialidad de Naolinco.

Mientras regresaba a Xalapa, reflexioné sobre la magia de este lugar. Naolinco, cuyo nombre en náhuatl significa “el lugar de los cuatro movimientos” o “las cuatro estaciones”, es un pueblo que parece suspendido en el tiempo, donde la arquitectura colonial convive en armonía con la belleza natural y la riqueza cultural.

Sin duda, una visita obligada para cualquiera que quiera sumergirse en la magia de Veracruz.

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