La polémica carrera de Ciro Gómez Leyva Skip to main content

Ciro Gómez Leyva labró su carrera como comunicador bajo el cobijo del PRI, de Radio Mexiquense, pasó a Reforma y luego al Grupo Ángeles, desde donde defiende a ultranza a la derecha más conservadora del país 

Enrique Peña Nieto en una entrevista con Ciro Gómez Leyva en diciembre de 2026.

Al terminar su carrera en la Ibero, el alumno de Guillermo Sheridan buscó cobijo en el PRI! Y cuando un periódico se negó a publicar una entrevista que hizo a su amigo, Manlio Fabio Beltrones, ¡renunció!

Más que un periodista, Ciro Gómez Leyva es un presentador de noticias que ha trabajado para políticos y empresarios de la comunicación. De ahí que su labor comunicativa haya estado sesgada y vinculada, en todo momento, a la defensa de un puñado de actores políticos y compañías.

Hijo de María Teresa Josefina Leyva y del ingeniero Ciro Gómez Villar, Ciro Gómez Leyva estudió en la Ibero, donde también estudiaron Emilio Azcárraga Jean, Valentín Diez Morodo, Carlos Hank González, Claudia Ruíz Massieu Salinas y otros personajes privilegiados.

En la preparatoria y en la Ibero, Gómez Leyva fue alumno de Guillermo Sheridan, quien también es egresado de esa universidad. El empleado de Radio Fórmula, incluso, suele tocarse el pecho, orgulloso, cuando habla de su maestro Sheridan.

n 1980, una amiga de Ciro llamada Dolores Carbonell, también egresada de la Universidad Iberoamericana, en su papel de editora responsable de la revista Expansión Mx, nombró a Ciro jefe de redacción de esa revista.

Cabe recordar que, en ese momento, Grupo Expansión era propiedad de la compañía Time Warner, un conglomerado multinacional estadounidense de medios de comunicación y entretenimiento, propiedad de la trasnacional AT&T. 

Dos años después, en 1982, Ciro comenzó a trabajar en la administración del priísta Alfredo del Mazo González, en la dirección de comunicación social del Gobierno del Estado de México.

Fue tanta la confianza que el gobierno de Alfredo del Mazo le tuvo a Ciro que le fue encomendado idear, planificar, diseñar y fundar la estación Radio Mexiquense que salió al aire en mayo de 1983.

Y ahí, en la Radio Mexiquense, donde la línea editorial era dictada y vigilada por el gobierno priísta, Ciro fue subdirector editorial y luego director general.

Ciro se sintió tan cómodo en ese medio de comunicación priísta que se mantuvo durante las gestiones de dos gobernadores: Alfredo del Mazo González y su sustituto: Alfredo Baranda García. Ambos personajes, desde luego, miembros influyentes del PRI. 

En ese mismo periodo, Ciro fue designado conductor y director del noticiero estelar Hoy por Hoy de la naciente Televisión Mexiquense, donde, al igual que en la Radio Mexiquense, la línea editorial era impuesta por el gobierno priísta.

Ciro renunció a la Televisión Mexiquense, en 1987, tras la llegada del gobernador Mario Ramón Beteta. Pero su amistad con los priístas lo llevó a la revista Siempre! propiedad de Beatriz Pagés. Ahí, Ciro publicó crónicas, entrevistas y reportajes. De hecho, la propia Beatriz Pagés ha presionado para que Ciro gane, en varias ocasiones, el Premio Pagés Llergo.

Años más tarde, en 1994, Ciro entró al periódico Reforma, propiedad de Alejandro Junco de la Vega. Ahí fue nombrado reportero de asuntos especiales. En esa publicación, Ciro se encargó de hacerle varias entrevistas de lucimiento a su amigo Manlio Fabio Beltrones.

De hecho, cuando Ciro renunció a Reforma, en 1997, fue porque el director editorial, Ramón Alberto Garza, se negó a publicar una entrevista a Beltrones, quien, en ese momento, era gobernador de Sonora, y era señalado por New York Times de tener vínculos con el narcotráfico.

Desde entonces, Ciro gómez Leyva ha utilizado las cámaras y micrófonos de los medios donde ha trabajado para defender y respaldar los yerros y mentiras que impongan sus empleadores en turno.

Hoy, Ciro es defensor a ultranza de Olegario Vázquez Aldir y su conglomerado empresarial (Grupo Empresarial Ángeles), que tiene más de 14 compañías dispersadas en sectores de turismo, salud, finanzas y de comunicaciones. Hoy, las voces más críticas lo llaman “chayotero”.

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