Socorro Venegas, titular de la Dirección de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, ha dilapidado miles de pesos en viajes a Londres, Alemania, Colombia… con el pretexto de promover la lectura, por si no fuese poco cobra por mediar mesas, acudir a presentaciones y hasta por sostener reuniones de trabajo
Recientemente, en la FIL de Minería, trabajadores del stand de la UNAM denunciaron la corrupción y el nepotismo con el que se conduce Socorro Venegas, titular de la Dirección de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM.
Hace unos días, María del Socorro Venegas, amiga de Jorge Volpi y Rosa Beltrán, fue señalada por no pagar horas extras a sus colaboradores y de usar los recursos de la UNAM para costearse placenteros viajes con el pretexto de promover la lectura.
Directora Socorro: sus viajes en un solo pago y el tiempo extra en abonos” y “Fuera Socorro Venegas de Fomento Editorial”, se leía en algunos de los carteles que, hace unos días, fueron colocados en el stand de la UNAM, en la FIL de Minería.
Y, en efecto, más allá de promover la lectura, Venegas sale a promover sus propios libros, como en el caso de Vindictas, un volumen que reúne la obra de 20 cuentistas latinoamericanas, prologado y editado por la propia Venegas.
Socorro Venegas, quien nació en San Luis Potosí en 1972, ha gozado de becas y premios institucionales desde 1995. Es decir: desde hace casi treinta años.
Gracias a las amistades y contactos que Venegas ha logrado tejer, en 1995, obtuvo la Beca del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Morelos; la Beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, de 1997 a 1999.
Adicionalmente, recibió la Beca del Centro Mexicano de Escritores y de intercambio artístico, en 2003, para una residencia en el Writers Room de Nueva York.
Por si fuera poco, Venegas ha hecho buenas amistades entre los jurados de ciertos premios literarios.
Pese a la mediocridad de su obra, le han concedido galardones como el Premio de Poesía y Cuento Benemérito de América 2002 y el Premio de Novela Carlos Fuentes 2004.
Pero las cosa no paran ahí. Venegas ha aprovechado su amistad con Rosa Beltrán (actual coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM y con el excoordinador de esa misma dirección, Jorge Volpi Escalante) para obtener premios y alianzas que la catapulten.
En 2009, por ejemplo, a través de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, Venegas aprovechó para publicar uno de sus libros: “La noche será negra y no será” (Ediciones Era, UNAM, 2009).
Curiosamente, ese mismo libro, que ha pasado de noche entre el público lector, fue reconocido con el Premio de Novela Carlos Fuentes, en 2004, y con una mención honorífica del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, en 2010.
VIAJES DE PLACER A COSTA DEL ERARIO
Paralelo24 pudo corroborar, vía Transparencia (INAI), la información sobre sus sueldos, viajes y cargos en el Fondo de Cultura Económica y la Dirección de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM.
Y en efecto, Venegas ha gastado y cobrado a diestra y siniestra a costa del erario público y universitario.
En 2015, de la mano del priísta José Carreño Carlón, Socorro Venegas se convirtió en una de las funcionarias más influyentes del FCE.
Entre 2015 y 2017, siendo coordinadora general de Obras para Niños y Jóvenes, Venegas obtuvo un sueldo bruto mensual de 65 mil 671. 32 pesos.
Además de eso, cobraba vales de despensa y otras prestaciones.
Hace nueve años, en 2015, Venegas cobró 51 mil 352 pesos en viáticos para asistir a la Feria Internacional del Libro en Londres. Dos años después, la actual directora de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, se fue a Alemania, donde dilapidó 42 mil 683 pesos por asistir a la Feria Internacional del Libro de Frankfurt.
Durante su estadía en el FCE, Socorro Venegas no solo percibió su sueldo como funcionaria de confianza, sino que cobraba entre 500 y 2 mil 500 pesos por asistir a reuniones de trabajo con otros funcionarios públicos.
Venegas también exigía su pago si asistía a la inauguración de alguna librería, si moderaba una mesa de diálogo, si acudía a la presentación de un libro e incluso si hacía la supervisión de alguna obra de trabajo o tenía que reunirse con algún funcionario.
Eso ocurrió, por ejemplo, en caso de la remodelación del Centro Cultural de Apatzingán donde cobró más de mil 500 pesos por reunirse con un supuesto Bedolla de la Secretaría de Cultura de Michoacán, y hasta 2 mil 500 por “ver” como estaban quedando las obras.
También exigió un pago por asistir a la presentación del Libro Cultura de Paz y otro de 22 mil 747 por asistir a una conferencia en Colombia sobre literatura infantil.
La lista de gastos de Socorro Venegas en el FCE es grande.
Entre 2015 y 2017 Venegas supo extraer hasta el más mínimo recurso de la Institución solo por estar presente y por viajar.
Esos vicios los arrastró a la Dirección de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, adscrita a la Coordinación de Difusión Cultural que dirige su amiga Rosa Beltrán, y que dirigió su también cercano amigo Jorge Volpi.
Entre 2019 y 2021, únicas fechas de las que se tiene registro en Transparencia (porque la UNAM no quiso detallar el ejercicio de 2022 y 2023), Socorro gastó a manos llenas.
Venegas dilapidó cerca de 83 mil pesos en la promoción de “libros”, viajes por “reuniones de trabajo”, planear un “programa cultural”, presentaciones de libros e incluso por presentar una propuesta para invitar a la Universidad de Austin a la Feria del Libro Universitario.
Por si fuera poco, Socorro Venegas se da vida de reina. Y es que, durante su asistencia a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en 2019, la “poeta” gastó 38 mil 618 pesos en hospedaje más 6 mil 070 pesos de su boleto de avión.
Ese año, como ya era su costumbre, Venegas también asistió a la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, aunque la UNAM no detalló cuánto cobró como parte de su sueldo, sí informó que Socorro gastó 25 mil 775 pesos en hospedaje más otros 33 mil 264 en avión.
Esto sin contar alimentos y otros viáticos que no se detallan y por lo cual el costo real de dichos viajes es incuantificable.
Y así es como, lamentablemente, los intelectuales de la UNAM gastan los recursos de la cultura.
En el nombre de la poesía y la democratización de la literatura, dilapidan el presupuesto de la Universidad en comida, viajes de placer, gustos personales y cualquier mafufada que se les ocurra.
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