Despreciable escena! Xóchitl Gálvez, al probar un guisado de pejelagarto, un típico platillo tabasqueño, hace un gesto de asco. Y grita: “Traigan mayonesa para mejorarle el sabor”. Y no sólo eso.
La candidata de la oposición, moviendo la mano en señal de desaprobación, dice, en tono soberbio: “hay mejores” comidas. Al masticar, con la boca abierta, la señora no esconde su cara de repulsión y apunta, sardónica: “¡Está duro, como el presidente!”.
Para nadie es un secreto que Gálvez siente una invencible animadversión por el presidente López Obrador. Sin embargo, en esta ocasión, su odio hacia AMLO la desbordó y la llevó a protagonizar una escena vil y execrable. Y es que, al sentarse frente a las cámaras, para burlarse y despreciar la imagen de AMLO, Xóchiti Gálvez evidenció, una vez más, el clasismo que la aqueja.
En este lamentable sketch, donde la prensa burda y zalamera participa (pidiéndole que voltee, una y otra vez, hacia los reflectores), podemos ver, en toda su estulticia, el tamaño del odio que Xóchitl siente hacia el pueblo. Resulta delezable e inadmisible ver los mohínes de asco y repulsión de Gálvez al probar un alimento que, más allá de la estupidez de Xóchitl, es rico y antiquísimo.
A Gálvez, infelizmente, no le importó menospreciar este platillo de origen maya-chontal. A la zafia e ignorante candidata de la derecha no le importó hacer caras de aversión ante la cocina regional tabasqueña. Una tradición culinaria que, por cierto, es una mezcla que representa, en todo su esplendor histórico y cultural, los movimientos migratorios de españoles, negros y prehispánicos. Lamentablemente, Xóchitl es un burdo e ignorante personaje que, despreciando y denigrando a un pueblo, pretende gobernarlo.
¡Zafia! ¡Incongruente!
