El intrépido Pancho Villa - Paralelo24 Skip to main content

El 20 de julio de 1923, fue asesinado Pancho Villa, en Parral, Chihuahua, bajo el gobierno de Álvaro Obregón. Cien años después, sigue siendo un héroe del pueblo mexicano, un icono para los gringos, y el gobierno federal nombró este año en su honor.  

Villa es odiado por unos, y amado por otros, sin embargo, mi admiración para él porque pasó de ser un bandolero, a ser un protagonista de la Revolución Mexicana, primero fue importante su lucha para derrocar en Chihuahua, al ejército del del dictador Porfirio Díaz; y después para aniquilar al ejército federal del usurpador Victoriano Huerta. Además, es uno de los pocos hombres que se atrevió a cruzar la frontera de Estados Unidos, y atacar a los gringos, ellos nunca lo pudieron capturar en México.

Su verdadero nombre era José Doroteo Arango Arámbula, nació el 5 de junio de 1878, en la hacienda La Coyotada, en San Juan del Rio, Durango. Recomiendo la serie documental Pancho Villa: el Centauro del Norte, capitulo 1, donde habla de su infancia y su etapa como bandolero, hasta ingresar a las filas de Francisco I. Madero.

Ahí se maneja la posibilidad de que Doroteo, sea hijo de un migrante austriaco de apellido Ferman, cuya familia llegó a Durango para explotar sus minas. Él era vecino de la hacienda donde vivía la madre de Doroteo. Además, el niño no se parecía a sus hermanos, en sus rasgos físicos.

Según la leyenda, Doroteo Arango, trabajó en una hacienda, y al ver que uno de los patrones trató de ultrajar a su hermana, éste le disparó, por lo que tuvo que huir, y permanecer mucho tiempo, solo entre las montañas. Ahí encontró unos bandidos y se unió a ellos para sobrevivir, así robaban ganado. Uno de los líderes se llamaba Pancho Villa, así que de ahí adoptó su nuevo nombre.

En el documental, hablan varios personajes, unos en contra, y otros a favor, como el cronista Carlos Monsiváis; y Friedrich Katz, austriaco que llegó muy joven a México, y estudió en la ENAH. Ha escrito sobre la historia de México, de la Revolución Mexicana, y muchos coinciden en que ha publicado una de las mejores obras sobre el Centauro del Norte, su libro Pancho Villa (Era.1998. México), ahí escribe:

“Hay leyendas de Villa el Robin Hood, Villa el Napoleón mexicano, Villa el asesino despiadado, Villa el mujeriego, y Villa como el único extranjero que atacó el territorio continental de Estados Unidos desde la guerra de 1812 y salió indemne… La División del Norte que Villa comandó fue probablemente el mayor ejército revolucionario que haya surgido jamás en América Latina. La revolución que Villa encabezó fue la única verdadera revolución social que jamás haya tenido lugar en la frontera misma de Estados Unidos.

Villa y Zapata procedían de las clases más bajas de la sociedad, tenían escasa organización y no tenían partidos políticos. Este libro se centrará en esas características del movimiento de Villa, así como en la personalidad de su dirigente…

Mientras para algunos fue un movimiento campesino auténtico, otros lo ven como una revolución dominada por los malvivientes que poblaban la frontera: ladrones de ganado, bandidos, hombres sin raíces ni ideología. Esta última interpretación se ha visto muy reforzada por la personalidad de algunos de sus dirigentes, que lograron pasar de la historia a la leyenda, como Rodolfo Fierro, “el Asesino”, y Tomás Urbina, “el Bandido” ¿eran estos hombres realmente característicos de la dirección del movimiento villista? Aún no se ha realizado ningún estudio sobre la vasta gama de dirigentes secundarios de todo tipo que se congregaron en el movimiento de Villa, ni sobre la composición social de su ejército y la base social que lo apoyaba.”

Otro autor que me atrapó por su forma de contar la vida del revolucionario, fue Paco Taibo II en su libro Pancho Villa (Planeta. 2006. México), ya que nos brinda datos muy peculiares del general, como eso de que le gustaban las palanquetas, así como las malteadas de fresas, y que aborrecía al alcohol y los borrachos, sobre todo, aprendemos que la revolución que hizo Villa fue gracias a los caballos.

Existe un documental llamado Pancho Villa aquí y allí donde el narrador ameno es Taibo, ahí dice “Aquí se cuenta la vida de un hombre que solía despertarse casi siempre, de un lugar diferente del cual había elegido para dormir, tenía este extraño hábito porque más de la mitad de su vida adulta había estado fuera de la ley, había sido prófugo de la justicia, bandolero, ladrón, asaltante de caminos, cuatrero, y tenía miedo de que la debilidad de las horas sueño fuera su perdición.

Una persona que apenas sabía leer y escribir, pero cuando fue gobernador del estado de Chihuahua fundó unas 50 escuelas, un personaje que, a partir del robo organizado de vacas, creó la red más espectacular de contrabando al servicio de una revolución.

Un hombre al que odiaban tanto que, para matarlo, le dispararon 150 balazos, al que tres años de asesinarlo, le robaron la cabeza y ha logrado engañar a sus perseguidores aun después de la muerte”.  

Para mí, la relevancia de Villa, está en que después de andar en las montañas, se unió a la Revolución Mexicana, con Abraham González junto con Francisco I. Madero, incluso le lloró frente a su tumba, y mandó cambiar el nombre de una calle, cerca del zócalo, por el de su jefe, hoy muy transitada.

Un libro clásico que recomiendo es Los de abajo de Mariano Azuela, aunque muchos lo consideran anti villista, también se hizo película, bajo la dirección de Chano Urueta.

Desafortunadamente, Madero confió en Huerta, y éste mandó encarcelar a Villa, bajo el pretexto de robarse un caballo, estuvo preso en la Ciudad de México, ahí le enseñó a leer y escribir, el zapatista Gildardo Magaña, su primer libro fue Los tres mosqueteros. Pronto Villa se dio cuenta de que iban a traicionar al Presidente Madero (quien nunca le creyó), así que logró escaparse de la cárcel y huir para el norte.

La lucha armada de Villa fue fundamental en Chihuahua, Coahuila, y Durango, para derrotar al ejército del dictador Porfirio Díaz. Después, para derrotar a los federales, del chacal Victoriano Huerta quien mandó ejecutar a Madero y a Pino Suárez. Un ejemplo épico es “la toma de Zacatecas”.

Hay quienes critican a Villa por ser un asesino, pero, ¿quién no iba a matar en esa época?, sí se trataba de una revolución, no de estar rezando en la iglesia. Incluso, Villa firmó un contrato con una compañía de Hollywood para que grabaran sus batallas.

Para mí, sigue siendo increíble, cómo Villa después de andar solo por las montañas, logró juntar un ejército de unas 30 mil personas, el más poderoso de México, seguramente lo logró debido a su carisma y porque era intrépido.

Cuando Huerta dio el golpe militar contra Madero, todas las fuerzas o facciones revolucionarias se unieron contra él. La División del Norte, al mando de Villa, junto con Pánfilo Natera, y Felipe Ángeles, tomaron Zacatecas el 23 de junio de 1914, la ciudad se bañó de sangre, pero derrotaron a los militares huertistas.

Recomiendo el libro La batalla de Zacatecas de Alberto Calzadíaz Barrera, el cual pertenece a la Colección Vientos del Pueblo del FCE. Ahí el autor chihuahuense, quien entrevistó a los villistas, escribe:

“Casi todos nosotros, los de la escolta, sacamos heridos. El coronel Rodolfo Fierro salió con dos balazos en la pierna derecha, yo con un rozón en la pierna y otro en un brazo que me sangró mucho -continúa el coronel Cirilo Pérez-, desde la noche del 22 al 23 que fue cuando las fuerzas nuestras se acercaron a tomar posiciones, nos tocó hacer un recorrido por toda la línea y cuando llegamos a donde estaba el general Natera ya sus fuerzas se habían posesionado de un cerro que le decían Cinco hermanos…

Apenas las fuerzas de Urbina, Ceniceros, Benavides y el Coronel González se apoderaron de la Sierpe, cuando ya nosotros -rememora el mayor veterano villista Juan B. Muñoz- … nos lanzábamos al asalto del cerro del Grillo…

Las victoriosas tropas de la División del Norte habían tomado la plaza de Zacatecas, cuyas calles se hallaban sembradas de cadáveres… Por todos lados, en las afueras de la ciudad… no cesaba de repetirse el grito de guerra: “¡Viva Villa! ¡Viva la Revolución!…

Al amanecer del día 24 de junio de 1914, la población se encontró al abrir sus puertas con las calles sembradas materialmente de muertos y sangre regadas. Banquetas y paredes estaban salpicadas de rojo por la sangre.”  

He tenido la fortuna de estar en el cerro de la Bufa en Zacatecas y contemplar las estatuas de esos revolucionarios.

Después, el 4 de diciembre de 1914, Villa se encontraría con Emiliano Zapata, en el centro del país, a lo que se llamó “El pacto de Xochimilco”, para mí es uno de los momentos más hermosos de la Revolución, porque ahí unieron sus fuerzas, en Internet pueden encontrar el diálogo entre ellos.

Ahí pactaron unir sus fuerzas contra Venustiano Carranza (recordemos que su ejército fue sanguinario contra villistas y zapatistas), Villa acepta el Plan de Ayala de los zapatistas, y promete conseguirles municiones (recordemos que los revolucionarios de Morelos, no tenían parque ni armas, a diferencia de Villa que los podía conseguir en la frontera).

El 6 de diciembre marchan juntos a caballo, por la Ciudad de México, rumbo a Palacio Nacional. Ahí se tomaron la foto famosa donde Villa se sentó en “la silla presidencial”, a su lado derecho está Tomás Urbina, y a su izquierdo Zapata. Literalmente, aunque sea por un rato, los campesinos del Norte junto a los campesinos del Sur, tomaron el poder. ¿Por qué lo dejaron ir? Es algo que aún no me puedo responder.

Recomiendo el libro Villa y Zapata, publicado por “La Brigada para leer en libertad”, en 2010, que dirigen Paloma Saíz, y su esposo Taibo, donde ahí justamente escribe él sobre Villa en Torreón, publican a John Reed, y a Francisco Pineda Gómez, mi paisano, quien ya murió, un experto en el zapatismo, donde habla del revolucionario del Sur durante su estancia en Xochimilco.

Carranza como Presidente de México, trató de exterminar a los zapatistas, y siempre consideró un estorbo a los villistas. Carranza simplemente fue un reformista por eso no soportaba a los Villistas, y fue él que creó la propaganda -al igual que futuros presidentes- de que Villa solo era un bandolero.

Villa sería derrotado en Celaya por Álvaro Obregón, en 1915, donde perdió un brazo (en León), en ese entonces aliado de Carranza, desde ahí empezó a mermar el ejército villista.

Carranza quería el reconocimiento como Presidente de parte de Estados Unidos, quizá esa fue una de las razones por las que Pancho Villa decidió “invadir” Columbus, Nuevo México, en 1916, para provocar una reacción de ambos lados. 

Lo cierto, es que Carranza permitió que se violara la soberanía nacional, al permitir que tropas de Estados Unidos, entraran a México, para perseguir a Pancho Villa, lo que originó la expedición punitiva del general John Pershing contra Villa, desde marzo de 1916 hasta febrero de 1917, y para orgullo de los mexicanos, los gringos jamás pudieron capturar a Villa, porque también fue intrépido como guerrillero, que conocía las montañas y cuevas del norte de México, sabía sobrevivir en terrenos escarpados.

Venustiano Carranza fue tan sádico que mandó asesinar a campesinos, y a los líderes de la Revolución, como al general humanista Felipe Ángeles, experto en artillería, quien siempre fue fiel a Francisco I. Madero y luego a Pancho Villa. Mediante un juicio sumario absurdo, Carranza mandó ejecutar a Ángeles el 26 de noviembre de 1919. Antes, el 10 de abril de ese año, mandó asesinar a Emiliano Zapata, mediante el general Guajardo.

El 23 de abril de 1920 fue proclamado el Plan de Agua Prieta, por Plutarco Elías Calles, apoyado por Álvaro Obregón, y muchos militares más, en donde desconocían al Presidente Carranza, éste fue asesinado el 21 de mayo.

Adolfo de la Huerta, quedó como Presidente interino hasta diciembre de 1920. Después, Álvaro Obregón fue elegido Presidente de México, de 1920 a 1924. De la Huerta, le ofreció rendirse a Villa, y aceptó retirarse en la hacienda de Canutillo, Durango. Ahí llevó a cabo una utopía, una especia de experimento social, donde abrió una escuelita, siempre les tuvo cariño a los niños, y respeto a los profesores. Y puso a trabajar a los campesinos, con precios justo de la carne, leche, y toda la comida. De alguna manera eso se podría implementar a nivel nacional.

Estaba retirado de la política, pero, lo fue a entrevistar el periodista Regino Hernández Llergo, del periódico El Universal, que se publicó entre el 12 y 18 de junio de 1922. Como contexto, recordemos que Plutarco Elías Calles era Secretario de Gobernación, y él recibiría el “dedazo” de Obregón para sucederlo, el problema es que el general Adolfo de la Huerta secretario de Hacienda, también quería ser el candidato.

A Villa le preguntaron por eso, y se inclinó por De la Huerta “Fito”, esto respondió “que era un muy buen hombre y que los defectos que tenía se debían a su excesiva bondad… Fito era una buena persona, muy inteligente, y no sería un mal presidente de la República…” Obviamente esto enfureció a Obregón y a su gallo.

Además, Villa había dado a entender que sí él quería podría reunir a un ejército nuevamente, en poco tiempo, y todos sabían que sí podría lograrlo, debido a su liderazgo.

Por eso, todos señalan que Obregón y Calles lo mandaron matar, antes de que se sublevara, incluso también pudieron haber sido el gobierno de Estados Unidos, porque los gringos no le perdonaban que los haya “invadido” y que no pudieron capturarlo en suelo mexicano. Había razones para vengarse de Villa. Lo mismo que todos los terratenientes de Chihuahua a quienes les quitó sus tierras y propiedades para dárselas a los pobres. Obregón firmó los Tratados de Bucareli con E.E.U.U.

Cabe mencionar que Adolfo de la Huerta se levantó en armas contra el gobierno de Obregón en diciembre de 1923, pero a los pocos meses fue sofocada la rebelión. Desafortunadamente, en ese periodo fue asesinado Felipe Carrillo Puerto, de quien merece otro análisis. El gobierno federal nombrará el 2024 en su honor.

Hay muchas películas sobre el Villismo, en esta ocasión me quiero centrar en una: La muerte de Pancho Villa, del director Mario Hernández, 1974. Con Antonio Aguilar. Ahí cuenta la vida y sobre todo, la muerte del revolucionario.

Lo mismo recomiendo el documental El asesinato de Pancho Villa: la conspiración. Director Emilio Maillé. Ahí hablan expertos sobre la vida de Villa, como Pedro Salmerón, y las posibles causas de su asesinato.

La mayoría concluye que los autores intelectuales fueron Jesús Herrera, quien tenía un cargo de Hacienda, en Torreón, y en 1923, había publicado cartas en El Universal donde pedía que mataran a Villa por sus crímenes de guerra.

El Diputado Jesús Salas Barraza, quien luego del asesinato de Villa, mandaría telegramas y cartas sobre eso. Después, Obregón lo uso como chivo expiatorio, para lavarse las manos. Recibió un indulto por parte del gobierno de Chihuahua.

Melitón Lozoya quien consiguió a los pistoleros para ejecutar a Villa. Ellos tenían armas del ejército, casualmente la guarnición no se encontraba en la plaza ese día, su jefe Félix Lara había dicho que salieron a practicar. Él recibió órdenes de Joaquín Amaro, jefe de la zona militar que abarcaba desde Nuevo León, a su vez, él era amigo de Plutarco Elías Calles. Así que eso fue un encubrimiento y complicidad. En aquella época la gente preguntaba ¿Quién mató a Villa? Otros respondían “¡Cálles-se”! Tanto odiaron a Villa que después profanaron su tumba y le cortaron su cabeza.

Pedro Salmerón Sanginés es uno de los historiadores que más admira a Villa. Recomiendo su libro La División del Norte (Planeta. 2006. México) Él estuvo junto con el Presidente López Obrador, hace poco para recordar el asesinato de Pancho Villa, en un acto solemne.

También junto a Taibo, recientemente brindó varias conferencias, justamente para recordar al revolucionario, sus participaciones están en Internet, las recomiendo.

Salmerón escribió “Los que odian a Villa no es que haya sido un terrible guerrero y como casi todos haya causado muertes, algunas sin justificación ninguna. Los que odian a Villa es la reivindicación de la ira popular, la encarnación de la justicia y la venganza del pueblo… Los que odian en Villa es la revolución social”.

Salmerón hizo una observación sobre una fotografía donde están abrazadas la gobernadora de Chihuahua Maru Campus y la senadora Xóchitl Gálvez, ambas del PAN. Detrás de ellas está el retrato del coronel Joaquín Terrazas, escribió Pedro, que “él encabezó las masacres de Apaches en Tres Castillos y el Río Casas Grandes, donde se mató a mujeres y niños”. Y yo le agrego que ellos representan a los terratenientes que odian a Pancho Villa en la actualidad.   

Finalmente, para mí las mujeres también hicieron la Revolución Mexicana. Mi compañera Angélica Marín ha escrito sobre eso. Está a punto de publicar su nuevo libro Las mujeres de mi general, sobre Pancho Villa.

Recomiendo el libro Fusilados de Nellie Campobello, el cual pertenece también a la colección Vientos del Pueblo, del FCE. Es una de las tres partes de su obra Cartucho. En este librito narra desde la visión de una niña, los asesinatos y muertes de la Revolución Mexicana en Chihuahua, sobre todo, con los villistas.

Ahí menciona a compañeros de Villa, como Felipe Ángeles y su fusilamiento injusto; y describe a Tomás Urbina de esta forma: “Nació en Nieves, Durango, el 18 de agosto de 1877. Caballerango antes de la Revolución, tenía pistola, lazo y caballo. La Sierra, el sotol, la acordada (policía) hicieron de él un hombre como era… sabía montar potros, lazar bestias y hombres… Su amistad con Pancho Villa hizo de él un soldado de la Revolución”.

Me quedo con el relato titulado “Nacha Ceniceros” donde reivindica el papel de las mujeres en la Revolución, escribe: “Nacha Ceniceros domaba potros y montaba a caballo mejor que muchos hombres; era lo que se dice una muchacha del campo, pero al estilo de la Sierra… Se fue a la Revolución porque los esbirros de Porfirio Díaz le habían asesinado a su padre… La red de mentiras que contra el general Pancho Villa difundieron los simuladores… los creadores de la leyenda negra, irá cayendo… Ahora digo, y lo digo con la voz del que ha podido destejer una mentira: ¡Viva Nacha Ceniceros, coronela de la Revolución!”

Hace unos meses fui a buscar fotos de la Revolución Mexicana, al centro histórico de la Ciudad de México, ya no había de Pancho Villa, pregunté la razón, me respondieron que porque es la que más se vende. Eso afirma lo que dice Katz de que Villa, Benito Juárez y Moctezuma son de los mexicanos más famosos en el mundo. Y eso me da tanta alegría.

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