La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en una de las tecnologías más importantes de nuestro tiempo. La entrada de las IAs son y serán en el futuro lo que cambiarán por completo nuestra forma de vida. Por lo general, el uso constante de las IAs están siendo enfocadas en ámbitos académicos, laborales, recreativos, pero poco ha sido su manejo en el ámbito político, no en el terreno militar, que es donde principalmente se han hecho investigaciones al respecto sobre sus potencialidades.
Las distopias Cyberpunk son un género de ciencia ficción que se ha usado bastante en comics, novelas gráficas, películas, series, videojuegos y un sinfín de ámbitos artísticos que parecen ser algo lejano de nuestra realidad. Sin embargo, la entrada da las IAs nos hacen cuestionarnos no solo filosóficamente que son y para que deben ser usadas estas tecnologías, sino también para preguntarnos cuales deberían ser los alcances y límites de las mismas en el panorama político contemporáneo.
Hace poco había resumido en mi Twitter que el siglo XXI (a diferencia del XX) va a ser definido por la Inteligencia Artificial, por las investigaciones con respecto al problema de la Mente-Cerebro-Cuerpo, las derivaciones del computacionalismo y el Transhumanismo. Por lo que el seguir hablando en términos en Izquierda y Derecha se queda en lejano mundo antiguo y solo quienes sigan planteando esto vivirán en el paleolítico inferior y en discusiones bizantinas.
Las discusiones de Mente-Cerebro-Cuerpo han estado dentro del campo de los debates científicos y filosóficos, en los que se destaca una ontología del hombre sobre si este solo es biológico o si tiene dentro de sí un área inmaterial y/o espiritual. Por lo que esto ha llevado a que se realicen ciertas investigaciones para llegar a una conclusión que sea comprobable y por ende científica sobre la composición mental de la especie humana.
Recientemente la empresa de Elon Musk, Neuralink anunció que obtuvo un permiso para realizar ensayos clínicos en seres humanos. Neuralink es una empresa que se dedica a la neurotecnología, y se ha especializado en interfaces cerebro-computadora. Neuralink parte de la Teoría Computacional de la Mente, en la que establece como hipótesis que la mente humana funciona como un cerebro-computadora, la cual posee unas redes neuronales (Krizhevsky, Sutskever, Hinton, 2012 y Bengio y Hinton 2015) que se conectan unas con otras, de tal forma que si cambian las conexiones que existen entre las neuronas se puede cambiar el funcionamiento y también el comportamiento del ser humano. Por lo que Neuralink tiene como objetivo tratar a pacientes con discapacidades causadas por el mal funcionamiento de sus neuronas a través del implante de algún chip que pueda solucionar estos desordenes neuronales. De ser cierta esta Teoría Computacional y, sobre todo, de los resultados de dichos ensayos clínicos de Neuralink, nos encontraríamos en un escenario en el que habría una síntesis del ser humano con la Inteligencia Artificial (a modo de un Cyborg) y también del cambio de comportamiento de todo el género humano a través del implante de estas interfaces neurotecnológicas, dando paso al Transhumanismo que conocimos en la ciencia ficción pero que ahora se convertiría en el control de todos bajo una corporación, nada lejos de las distopias Cyberpunk.
En China, se utilizan Inteligencias Artificiales para dictar sentencias judiciales para delitos menores. Estos jueces IA están enfocados en dictar sentencias sobre delitos como: Atrapar a los conductores peligrosos, dictaminar sobre el fraude con tarjetas de créditos, dictar veredictos sobre robos y según la agencia de noticias Xinhua, están diseñados para aliviar la carga de trabajo de los humanos y mejorar la velocidad y la eficacia del proceso legal. Probablemente en países como el nuestro, veamos esto aún lejano. Vivimos en un país subdesarrollado que no tiene a la mano estas tecnologías y a lustros de conseguirlas, pero hay países que son potencias económicas y tecnológicas que ya hacen utilizan todos estos avances, por lo que habría que preguntarse, ¿Si estas tecnologías ya se usan en ámbitos judiciales, no podrían ser usados en otras administraciones del poder legislativo y ejecutivo?, ¿Una IA podría ejercer mejor la Justicia que un ser humano?, ¿Una IA es inmune a la corrupción como sí lo es el ser humano?, ¿Una IA podría tomar mejores decisiones que un político?
Fuller y Lipinska mencionan en su texto El imperativo proactivo: una base para el Transhumanismo que la dicotomía política del siglo XXI será el de los precautorios vs los proactivos con respecto al Transhumanismo, la Inteligencia Artificial y otras tecnologías de la 5ª revolución industrial como la nanotecnología, robótica, computación cuántica, etc.
Todo esto hay que plantearse porque de lo que emerja de todas las investigaciones y de cómo vayan desarrollándose todas estas tecnologías como lo hace Neuralink, el uso de las IAs y de los resultados que se den de todas ellas, cambiara por completo la manera en cómo se lleva a cabo la política, la economía y nuestra cultura.