Sin lugar a dudas, el premio más politizado de talla internacional, y de entre todos los Premios Nobel (Física, Química, Literatura, Medicina), se encuentra Premio Nobel de la Paz. No hare mención al Premio de Economía, porque es otorgado por el Banco de Suecia en Memoria de Alfred Nobel, el cual nunca fue señalado por Nobel en su testamento. Además, en la actualidad está impregnado de un discurso neoliberal.
Si de paradojas de la vida hablamos, Alfred Nobel no fue la excepción. Durante su vida tuvo un gran sentido de culpa por haber inventado la dinamita, que ha sido casi siempre usada en mal de la humanidad. Si algo tuvo que haber pasado por su mente es que ciencia sin ética es mera destrucción inconsciente.
Sin embargo, cuando hablamos de cargas ideológicas y paradojas, a mi juicio, el Nobel de la Paz tiene tintes más politizados, o al menos mucho más pronunciados sobre la base occidentalo-céntrica, en donde los derechos humanos, la democracia y la libertad, son el pan de cada año, por no decir el pan diario, además de estar altamente parcializados en cuanto a figuras galardonadas. Esto no quiere decir que, dentro de la gran lista de los laureados, ninguno lo mereciera. Solo por mencionar algunas o algunos: a la Madre Teresa de Calcuta, que fue una líder religiosa; o a Alfonso García Robles, quien trabajó arduamente para la desnuclearización en Latinoamérica. No obstante, han existido casos, y más en los últimos años, de figuras que tienen una tendencia clara a favorecer un cierto discurso político.
Por dar un ejemplo, en 1973 le otorgaron el Nobel de la Paz a Henry Kissinger, el gran constructor del Imperialismo Estadounidense y su estratega mas notable, el cual, si hay algo que se pueda resaltar de él, no es su trabajo en beneficio de la Paz en el mundo, sino su gran habilidad política para imponer la voluntad del país norteamericano sobre cualquiera que se le pusiera en frente. Aunque en su momento se le otorgó por la retirada de las tropas estadounidenses en Vietnam, su obra y vida es mas conocida por generar guerras a lo largo y ancho del planeta para expandir la visión de Washington. Dos miembros del comité de los Nobel presentaron su renuncia, y el New York Times se refirió al premio como el Nobel de la Guerra.
O qué decir de Barack Obama, quien en 2009 lo recibió de forma arbitraria, debido a que tenia ni un año de gobierno en la Casa Blanca, siendo galardonado por prácticamente nada, solo porque era el primer presidente afrodescendiente de Estados Unidos, aunque en futuros años continuaría con las mismas guerras por las que es conocido el Complejo Militar Industrial en Libia y Siria, y que además no pudo darles fin a las guerras en las que EE.UU. ya se encontraba inmerso, como en Irak y Afganistán.
Podemos mencionar también a Juan Manuel Santos, quien supuestamente llegó a un Acuerdo de Paz con las FARC colombianas, pero de manera extraña solo recibió el premio él solo, y no su contraparte, como podría ser algún líder de las FARC u otros involucrados en ese proceso de paz como mediadores, conciliadores, etc. Nuevamente, un premio bastante parcial.
Ni se diga de Gorbachov, a quien le dieron el Nobel como premio de consolación por haber enterrado a la Unión Soviética, el principal enemigo de Washington; beneficiar a la OTAN y, más que generar un ambiente de Paz en el mundo, solo generó caos al interior de su país y se sometió a los designios de la Anglósfera, trabajando humillantemente para Pizza Hut y Louis Vuitton. ¿Por qué no le dieron el Nobel a Stalin quien verdaderamente venció a los Nazis?
En 2022, el Premio Nobel de la Paz se voló la barda. Fue entregado a Alés Bialiatski, la Organización Memorial y al Centro para las Libertades Civiles. ¿Qué tienen de interesante los premiados de este año? Principalmente, porque los mencionados son activistas sociales en contra del régimen ruso de Vladimir Putin. Es decir, en medio de las tensiones y de la guerra ruso-ucrania, un premio de tal magnitud tiende a favorecer de manera discursiva a una de las partes. Por ejemplo, el Centro para las Libertades Civiles es financiada por la National Endowment for Democracy (NED), una organización estadounidense creada por Ronald Reagan en 1982 como un brazo diplomático de la CIA para favorecer los intereses de Washington en países que le son contrarios.
Centro de Derechos Humanos de Viasna, liderada por Alés Bialiatski, está vinculada al Consejo Europeo de la UE como una plataforma injerencista en países del Este para promover la visión de la Unión Europea, en regiones cercanas a Rusia. Por ejemplo, en 2020, esta organización apoyó el intento de golpe de Estado contra el presidente Aleksandr Lukashenko.
Por último, la organización rusa Memorial fue prohibida en 2015 por estar financia por Open Society Foundation de George Soros, un claro opositor de Vladimir Putin y de su régimen.
Como podemos observador, cada año el descaro en los Premios Nobel son mas evidentes y con mayor intención de fomentar un discurso ideológico que no ayuda en nada a generar paz en el mundo, sino solo beneficiar particularmente a un statu quo occidental.
¿Sera Zelensky el próximo ganador, ya que recientemente fue nominado por la UE? Probablemente, esto se ha vuelto demasiado predecible… esto suponiendo que no fuera sacrificado en medio de la guerra entre dos super potencias: Washington y Moscú.