Es por todos conocido que, visitar pueblos mágicos es un disfrute, las calles limpias, la infraestructura, su cultura, pintorescas casas, comida, etcétera, lo que tiene como consecuencia y finalidad, mejorar la calidad de vida de los habitantes de la localidad, sin embargo, esta actividad se ha visto trastocada por un fenómeno llamado gentrificación.
La gentrificación es un proceso que implica dos momentos: el primero, consiste en un rescate (ya sea por parte de gobiernos o de particulares) de la zona residencial-cultural; el segundo momento, consiste en elevar la plusvalía de los barrios, la gente que originalmente vivía ahí, se ve desplazada poco a poco y, se inserta población con mayor poder adquisitivo.
Hay varios factores que se interrelacionan, uno de ellos, corresponde al municipio que se pretende transformar, financiar todas las mejoras. Las plataformas de hospedaje, como la exitosa compañía Airbnb, ha permitido que no solo los hoteles se repartan el pastel del hospedaje, ahora cualquier persona que tenga disponible una habitación puede hospedar turistas generando un ingreso extra al bienestar familiar y los turistas, en consecuencia, se ven más atraídos a hospedarse en casas locales que en un hotel, los cuales, son casi idénticos en todo el mundo.
La parte oscura, consiste en que las personas de la localidad, son desplazados a las periferias de esas zonas culturales, volviéndose las más pobres.
Poco a poco, se van instalando personas con mayor capital, adquiriendo casas, departamentos, edificios, poniendo sus negocios que, a su vez compiten con cierta ventaja respecto a los comercios y comerciales locales.
Este fenómeno no es exclusivo de México. En España, ya hay un movimiento anti-turismo, lo mismo que en Venecia, donde la gente local, es ya muchísimo menos que la gente que viene de fuera y se instalan, eliminando así, valores, tradiciones, practicas, etc., importantes en la comunidad.