Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) 2021: Durante nueve días consecutivos, del sábado 27 de noviembre al domingo 5 de diciembre, se reunieron las personalidades más radicales del anti-López Obrador-ismo: Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Lorenzo Córdova, Brenda Lozano, Jesús Silva-Herzog Márquez y Reyes Rodríguez Mondragón, entre otros.
Las mesas de discusión, las conferencias, las presentaciones de libros y los conversatorios giraron, en términos generales, en torno a tres temas recurrentes: el autoritarismo, la Cuarta transformación y, claro, López Obrador. Personajes que antes fueron asociados con López Obrador fueron convocados, por si querían despotricar o hablar por la herida contra el tabasqueño: Carmen Aristegui, Santiago Nieto, Hernán Gómez Bruera.
Como era de esperarse, no cundieron los análisis, sino las invectivas descarnadas, las denostaciones: las críticas viscerales y sin fundamento contra el actual Presidente. ¿Qué es la 4T, se plantearon casi todos? ¡Una dictadura! ¡Un modelo que llevará a México al comunismo! ¿Quién es López Obrador? “Un líder con rasgos mesiánicos”, “un autócrata”, concluyó Krauze, por un lado, y Héctor Aguilar Camín agregó: “un presidente que no escucha”. ¿Y qué ha hecho por México en estos tres años de gobierno?, bueno, pues “lo ha dividido”, coreó Lorenzo Córdova, quien, en teoría, es el árbitro de la democracia. ¿Y entonces AMLO no ha llamado al diálogo, a la conciliación, como ha dicho? ¡No, qué va!, agregaron, casi al unísono, Julio Patán (lector de noticias en Televisa) y su amigo, el siempre petulante Nicolás Alvarado, quienes opinaron que el tabasqueño sólo ha “polarizado al país”.
En la FIL, prácticamente, no hubo voces a favor de la Cuarta transformación; tampoco hubo personajes que se inclinaran hacia el examen concienzudo sobre lo que ha sido esta primera etapa del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Llamó la atención, por ejemplo, que después de la presentación del libro La reelección en México. El nuevo reto democrático, el Presidente de Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Reyes Rodríguez Mondragón se diera un cálido abrazo con el árbitro democrático: Lorenzo Córdova Vianello. ¿Que Rodríguez Mondragón deseó la muerte al presidente López Obrador? ¿Que es amigo y excolaborador de Felipe Calderón, el alcohólico que sumergió a México en una sangrienta y fallida guerra contra el narcotráfico? Bah, esas fueron minucias del pasado que no les impidieron sentarse a estos buenos amigos a la mesa y abrir fuego contra su más acérrimo enemigo: López Obrador.
Y para hablar un poco de literatura (y omisión, en este caso de parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores) apareció Brenda Lozano, quien ofreció, junto con la escritora (también antilopezobradorista, para variar) Ave Barrera una charla ⎼más aburrida que magistral⎼ sobre “Brujas y modernas”. Con el poco carisma que la caracteriza, Brenda habló acerca de hidras, quimeras y gorgonas, pero nada dijo sobre su nombramiento ⎼¿todavía vigente?⎼ como agregada cultural de México en España. Nadie le preguntó ni ella claro, desde luego, si el canciller Marcelo Ebrard la mantenía en el puesto de agregada cultural o si ya habían hecho caso a las indicaciones del Presidente y se había nombrado a la poeta indígena para representar a este país en la tierra que adoptó como hijos a Enrique Krauze y Mario Vargas Llosa.
A Brenda, nos dicen algunas fuentes, le propusieron que no acudiera presencialmente al evento. Pero ella respondió que por qué no, si no tiene nada que ocultar. ¿Desvergüenza? ¿Cinismo? ¿Desfachatez? ¿O periodistas que se hacen los tontos y prefieren no formular preguntas que pongan en riesgo un posible chayotito de la Universidad de Guadalajara (UdeG) que, ya saben, tiene secuestrada Raúl Padilla?